El planeta no está como para que sigamos desperdiciando comida. Mucho de lo que destinamos al bote de la basura son alimentos que podrían tener una segunda vida bastante digna y de verdadero aporte a tu salud.
Claramente, no todo lo que pienses que podría irse a la basura puede rescatarse. También hay que ser conscientes de eso. Pero en el caso del pan, si lo único que le pasó fue que se puso duro porque no lo guardaste correctamente, puedes estar seguro de que será muy útil para transformarlo y obtener una gran receta nueva.
Acá, unas ideas de lo que podrías hacer con él, en vez de desecharlo:
Panes tostados para el desayuno
Si el pan se pasó solo un poco de dureza, una gran alternativa es que lo cortes con un cuchillo especial para estos menesteres (si no usas uno para pan, lo más posible es que los cortes te salgan mal o de plano se te quiebren las rebanadas), lo metas un momento al horno o a la tostadora, y cuando lo saques lo untes con queso crema, aguacate o una mermelada que te guste mucho. ¡Tendrás el desayuno listo!
Pan molido
El que has comprado toda la vida en la tiendita no es más que pan duro triturado. Tú puedes lograr algo similar si metes tus panes, cortados en pedazos pequeños, a tu licuadora.
Al accionarla, empezarás a conseguir el polvillo que necesitarás para recubrir carnes rojas, pescados o vegetales. Para almacenarlo, no olvides usar un frasco de vidrio que no guarde humedad.
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Crutones
Nada como una sopa fría o caliente, con unos deliciosos crutones horneados en la superficie. Lo único que debes hacer para conseguirlos es cortar el pan duro en cubitos, aderezarlos con aceite de oliva y queso parmesano, y meterlos al horno por unos tres minutos a 120 grados, en lo que la superficie empieza a verse dorada.
Pudines
¿Quién no ama los pudines? Por si no sabías, hacerlos con pan duro es ideal. Consigue una bandeja amplia y pon a remojar ahí el pan cortado en pedazos pequeños, junto con leche. Luego de 15 minutos, escurre el pan y mézclalo con azúcar, huevo, vainilla, nueces y mantequilla fundida. Esta masa debes colocarla en un recipiente que soporte altas temperaturas, y luego hornearlo por al menos media hora.
¡Listo! Luego de eso tendrás un budín delicioso y de aprovechamiento.
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Torrijas
Una receta de nuestras abuelitas, que ojalá siga sobreviviendo al paso del tiempo. Las torrijas, si bien son típicas de Semana Santa, no le caen mal a nadie luego de un arduo día de trabajo.
Corta tus panes en lajas transversales y remójalas en una leche hervida con ralladura de limón y canela. Luego pásalas por huevo batido y fríelas en aceite hirviendo. Finalmente, espolvoréalas con azúcar blanca.
Luego de ver todo lo que puedes hacer con los panes duros de la semana, no lo dudes: empieza a experimentar en tu cocina.