El mundo de los antojitos mexicanos, específicamente los de la CDMX son una experiencia de sabores que puedes encontrar casi en cada esquina. Y es que la magia detrás de estos platillos es que no necesitas de una mesa o silla para comerlos. Además, es usual que las mujeres estén al frente de estos puestos o locales, lo cual asegura un buen sazón de forma automática. Esta vez te contamos sobre la historia de los huaraches (de comida por supuesto).
Por: Desiree Perea
El mercado de Jamaica y su historia con los huaraches
Actualmente, este mercado ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza es el lugar donde el corredor de comida se basa en un único platillo: los huaraches. Llegar a esta zona es toda una experiencia, los dueños y meseros de cada local salen a recibir a los comensales para llamar la atención y lograr que ocupen una de sus mesas. Los huaraches que encuentras aquí comienzan en una versión sencilla con nopales, pollo asado hasta las versiones con costilla de res, quesillo y hasta chorizo.
Pero este mercado no fue el primer lugar donde se prepararon. En los años 30’s, Carmen Gómez Medina fue una señora que contaba con un puesto de antojitos en la zona de La Viga. El menú de este lugar se limitaba a tlacoyos, gorditas y sopes. Existen dos versiones acerca de la creación de los huaraches, pero esta señora es la autora intelectual de este antojito nacido en la CDMX. La primera historia narra que fue una idea que nació al momento de la petición especial de un comensal. Este quería una gordita con un pedazo de carne para acompañar.
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Fue así que para lograr que la carne no opacara al antojito, decidió estirar y darle una forma más delgada. Sin embargo, también se cuenta que, con el objetivo de hacer rendir sus productos, decidió modificar la anatomía de los tlacoyos. Así, con ayuda de la masa de maíz y el frijol, le fue posible vender más. Por su forma alargada y delgada, las personas encontraron similitud con la suela del calzado conocido también como huarache.
Posteriormente, el mercado de Jamaica cambió de ubicación, cerca de la avenida conocida como Congreso de la Unión. Este mercado es visitado no sólo por su oferta gastronómica, pues en la zona de enfrente, puedes encontrar un sinfín de especies florares por ramo o hasta arreglos para fiestas. Por lo que después de un día de compras, puedes pasarte al corredor de comida para llenar el estómago con los auténticos huaraches.
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¿Cómo se prepara un huarache tradicional?
Para poder reconocer los huaraches auténticos, la forma y los ingredientes para conformar la base son los indicadores más importantes. La forma es alargada, ligeramente puntiaguda en los extremos. Además, no son tan gruesos como las gorditas o los tlacoyos. Sin embargo, no deben ser muy delgado, pues no queremos una tortilla.
Una vez servidos los huaraches, la salsa y el queso son los mejores elementos para colocar en la parte superior. En algunos casos también es posible añadir un poco de cebolla picada. Se pueden comer solos, pero realmente no es un platillo tan completo. La primera carne que se comenzó a servir junto a a este antojito fue la costilla de res y se mantiene como un clásico favorito.
Pero los huaraches no rechazan a otros ingredientes. Por ejemplo, también es posible acompañarlos con pollo deshebrado, huevo estrellado o revuelto, chorizo, quesillo y más. Realmente los huaraches son una delicia imperdible si visitas la CDMX. Tu eliges con que acompañarlo, una receta que nació de manera espontánea, hoy por hoy es uno de los favoritos de la gastronomía chilanga.
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