Si nos ponemos a pensar en comida italiana, lo más seguro es que el platillo fettuccine Alfredo se nos venga a la mente. Esta tradicional pasta surge a partir de una historia de esfuerzo y dedicación por parte de sus creadores.
Por Pamela Trejo
Los inicios del restaurante
A lo italianos les gusta hablar de cocina, afirmaría el grandioso escritor Umberto Eco; y sí, la realidad es que los matices y los misteriosos ingredientes de la cocina italiana descubren el alma y las historias detrás de los platillos de esta gran comunidad.
Es así como entramos a la historia de la pasta fettuccine Alfredo.
En el año de 1907, un audaz cocinero, acompañado de su amada esposa, decidió trabajar en la trattoría de su madre Angelina, este lugar quedaba muy cerca de la fuente Trevi, en Roma.
Las trattorías son pequeñas “fondas” muy tradicionales que ofrecen comida fácil de hacer y el precio es por cubierto; la música y un buen vino siempre acompañan a estos lugares, algo así como las cocinas de barrio.
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Las funciones del restaurante se dividían de la siguiente manera: Alfredo Di Lelio era el que cocinaba, pues esa era su gran pasión; siempre agregando un toque especial hogareño y 100% italiano, mientras que su esposa Inés, se encargaba del salón comedor y la limpieza de la cocina.
Una acto de amor en forma de fettuccine Alfredo
Este restaurante nombrado “Piazza Rosa” tenía dos pisos, el piso de abajo era el negocio y la planta de arriba era dónde vivía la pareja de enamorados.
Para la fecha de 1908, específicamente el 18 de marzo, Inés se encontraba embarazada y en una de esas noches de antojo de las mujeres embarazadas, le pidió a su esposo, Alfredo Di Lelio, que baje a prepararle una pasta, pero no quería la pasta pesada y tradicional que ya conocía, así que lo retó a que le cumpliera sus deseos.
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El cocinero llegó a su estación y ahí comenzó su gran invento, tomó de la alacena semolina y huevo para hacer una pasta mucho más ligera.
Una vez lista la pasta, agregó en un sartén mantequilla y queso parmesano, colocó la pasta de semolina junto a la anterior mezcla y ¡voila! Había creado un platillo nuevo.
Alfredo no tenía ni idea de lo famoso que se convertiría el “fettuccine Alfredo”.
Por supuesto que le gusto a su esposa Inés y al bebé, pues se cuenta que cuando dio el primer bocado ella exclamó: ¡Mamma mía! Convenciéndolo de agregarlo al menú.
El oro y la pasta
En 1914, la trattoría cambió su nombre para convertirse en el “restaurante Alfredo”, dónde siguieron haciendo esta salsa y la receta del fettuccini Alfredo, para sus clientes.
En una historia de este restaurante, aparece el oro, este material precioso que fue el ingrediente estrella de este platillo y de gran sorpresa para los espectadores de ese momento, incluyendo al famoso dueño.
Cuenta la primera leyenda que un príncipe árabe llego a comer a este restaurante. El hombre, acompañado de su secretario, ordenó dos pastas fettuccine, cuando éstas llegaron a la mesa, el príncipe sacó de un maletín unas delgadas láminas de oro, las cuales colocó encima de la pasta y con gusto se dispuso a comer.
Alfredo Di Lelio también tenía una relación con este elemento, siempre se le veía al dueño e inventor del fetuccini Alfredo, con un esmoquin color blanco, pantalones y zapatos impecablemente pulcros, pero lo que sobresalía de su saco, eran una cuchara y un tenedor de oro con el que servía este famoso platillo.
Se corroboró tiempo después que este set de cubiertos se lo regaló Mary Pickford y Douglas Fairbanks, unos actores realmente reconocidos de los años 2o´s.
En la actualidad, su nieto es quien los sigue ocupando y menciona en una de sus entrevistas que el oro en los cubiertos se ha ido adelgazando.
Los Actores
El restaurante “Alfredo” es y será frecuentado por grandes celebridades, llegaron a ir un sinfín de estrellas como: Roosvelt, Gary Cooper, Audrey Hepburn, Eisenhower, Ringo Star, Marlon Brando, Frank Sinatra, Benito Mussolini y Sofia Loren, Marylin Monroe y el ex presidente John F. Kennedy, entre muchos otros que le dieron gran renombre internacional, presentándole al mundo el mejor fettuccine Alfredo.