Quizá nunca habías escuchado hablar de algo que se llamara ‘piedrazo’ y que fuera comestible. Pues bien, es momento de que sepas que se trata de una golosina oaxaqueña, muy común en los Valles Centrales del estado.
Si eres de gustos ácidos y picantes, créenos: el ‘piedrazo’ podría ser tu antojito callejero favorito. Por si no lo viste en el capítulo dedicado a México, de la serie Street Food Latinoamérica, de Netflix, acá te contamos más de él.
¿Qué es exactamente un ‘piedrazo’?
Es un platillo típico que consiste en un pedazo de pan deshidratado, que tradicionalmente se secaba en las azoteas de las casas, remojado en vinagre de frutas junto con cebolla, zanahoria y papas. Al servirse se le agregan sal de chile, salsa picante y quesillo deshebrado.
Comer un ‘piedrazo‘ implica siempre hacer gestos, así que la gente lo odia o lo ama. No hay más. Su sabor es ácido y se va perfilando gracias a los complementos encurtidos, pero lo que lo hace redondo es el quesillo que se le pone encima. Ahí lo ácido hace sentido, una vez que entra en contacto con lo salado y cremoso del lácteo.
Te podría interesar: Los sabores callejeros de Oaxaca en Netflix.
En los Valles de Oaxaca es muy común encontrar ‘piedrazos‘ dentro de mercados o en triciclos que lo venden en parques o afuera de las escuelas. Sin duda, es un platillo sin el que sería imposible explicar la infancia de un niño en esta parte de Oaxaca.
Un nuevo ‘piedrazo’
No obstante la tradición arraigada al carrito, al tianguis o al mercado, la chef Andrea Sánchez, de Tendajón Agavería, en el Centro de la ciudad de Oaxaca, hizo una interpretación interesante de dicha receta, en su restaurante.
“Tuve la idea de representar a los ‘piedrazos‘ en un platillo, para darlo a conocer a otras personas que no son oaxaqueñas y que no tienen en mente el referente del que hablamos”, asegura la chef Sánchez.
Te podría interesar: Amores imposibles, maridajes con antojitos.
Ella dice que rescató la base de los mismos sabores y les agregó semillas de cilantro, quesillo ahumado rallado y una salsa icónica de Tendajón, preparada con varios chiles secos, así como sal de chapulín con gusano de maguey.
El resultado, tal como lo dice ella y como lo previenen los ‘piedrazos‘ que se venden en la calle, tiene la misma gama de sabores. Si pronto puedes ir a Oaxaca a probar cualquiera de las dos opciones, sólo recuerda que será una explosión de ácido y picante en tu paladar.
¿Te atreves a comer un ‘piedrazo‘?