El rábano y el nabo son hortalizas que, pese a ser muy conocidas, son difíciles de distinguir. Por eso, hoy te hablaremos de las diferencias más relevantes entre ambas. Esto para que no vaciles a la hora de escoger cuando vayas de compras o te prepares tu pozole.
Por Sandra Carolina Jiménez Pedroza.
Sabor
Cuando todavía no maduran, los rábanos y nabos tienen un sabor muy parecido, es decir, picante. Sin embargo, al momento de madurar y prepararlos, todo cambia. Por un lado, el rábano se vuelve amargo, mientras que el nabo se torna más dulce.
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Tamaño y Forma
Los rábanos no llegan a pesar mucho, a excepción de la variedad japonesa. De igual modo, su forma es ovalada o redonda. Por otro lado, el nabo es capaz de alcanzar los dos kilos de peso, es plano, más largo y con la punta hundida.
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Color
La piel del nabo puede ser de color blanco o amarillo, mientras que su pulpa es blanca, aunque también es posible que sea verde o rosa.
Por otra parte, el rábano y sus variedades se presentan en otros tonos como: negro, rojo, verde, violeta e incluso blanco. Respecto a su pulpa, ésta es blanca, a veces con líneas rosadas.
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Nutrientes
Si bien esta diferencia no la puedes distinguir a simple vista, la mencionamos por considerarla importante.
Así pues, el rábano tiene un alto contenido de antioxidantes y funciona como antiinflamatorio.
Mientras que, el nabo es rico en fibra, potasio, calcio y magnesio.
Cultivo
Aunque puedes encontrar ambas hortalizas todo el año en la mayoría de los mercados, éstas no maduran al mismo tiempo.
El rábano tarda aproximadamente 100 días en crecer; por otro lado, el nabo en menos de 60 días está listo para comerse.
Y ahora qué sabes todo esto, esperamos te sea más sencillo distinguir estas hortalizas.