La salsa de queso azul es una de las preparaciones más intensas y sofisticadas de la gastronomía. Goza de reconocimiento a nivel internacional por su peculiar sabor, y también por la técnica perfecta que conlleva su preparación. Aprender a combinar esta preparación cremosa no es tarea sencilla; la clave está en permitir que todos los sabores se perciban por igual.
Actualmente, existen alimentos que se benefician al máximo de la salsa de queso azul. Claro que se tiene que partir de preparaciones base perfectas, para que el resultado sea exitoso. Si encontraste en esta salsa una nueva receta favorita, te compartimos algunas sugerencias para que puedas disfrutarla siempre que quieras.
Por: Desiree Perea
- Proteínas de origen animal
Al pensar en una profunda y equilibrada salsa de queso azul, lo primer que se viene a la mente para servirla es sobre un buen corte de carne o como side para alitas de pollo o brochetas de camarón. Lo ideal es mantener las carnes lo más sencillas posible, hablando de marinados o especias; así esta salsa cremosa carga con toda la potencia de sabor. Se debe pensar en un platillo equilibrado; añadir una porción de salsa en exceso termina por arruinar la experiencia final.
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- Pastas cortas o rellenas
La salsa de queso azul también es ideal para darle personalidad a platillos de pasta. Combinar esta preparación cremosa con ciertos tipos de pasta es una forma inteligente de convertirla en protagonista. Para no hacer que el plato se convierta en una preparación pesada, lo ideal es elegir pastas cortas que puedan atrapar la salsa por completo; dentro de las opciones populares se encuentran: ñoquis, penne, rigatoni o ravioles.
- Ensaladas
Aunque este tipo de salsa comúnmente se consume caliente, se puede modificar ligeramente para servir una versión fría. Gracias a la intensidad de las salsa de queso azul, es perfecta para darle mayor profundidad a este platillo fresco. Si eres amante de las ensaladas dulces, debes saber que el queso azul precisamente ama estas notas, por lo que no dudes ni un poco en servirla para acompañar.
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- Vegetales frescos o a la parrilla
Por último, vale la pena destacar la presencia de la salsa de queso azul como pareja perfecta para vegetales. Puedes optar por una versión caliente o fría, lo ideal es tomar en cuenta la temperatura del ingrediente co-protagonista para evitar que el choque de temperaturas cambie la textura o el sabor. Aquí vale la pena destacar que se puede jugar con la consistencia para una mejor cobertura.
No está de más mencionar que una buena salsa de queso azul también puede elevar la experiencia gustativa si se marida correctamente con bebidas. Si bien este tipo de queso ya es fuerte por sí solo, es crucial pensar en que esta intensidad no canse al paladar. Las opciones ideales son vinos tintos robustos, vinos dulces o cervezas artesanales.
Con el paso del tiempo, la salsa de queso azul se ha ganado un lugar especial dentro de la cocina internacional. Si bien presume notas fuertes, esto no quiere decir que no pueda combinarse con otros alimentos. La clave está en saber con qué servirla y cómo equilibrarla, evitando excesos y aprovechando contrastes.
