Entre todas las frutas que existen, ninguna tiene tanta fama o reputación tan singular como la manzana. Protagonista de obras, cuentos, pinturas, leyendas, esta fruta es tan apreciada por su sabor como mirada con recelo; después de todo nunca sabes si la próxima mordida te quitará el Paraíso. Conoce el origen terrenal de la manzana, su historia, y cómo se formó su peculiar reputación.
Por Michelle López. Imágenes: Shutterstock
La manzana en la mitología
Quizá la manzana más famosa sea la del Edén, que Adán y Eva comieron para recibir la revelación del conocimiento por la que fueron expulsados. ¿Lo mejor de todo? La Biblia ni siquiera especifica que el Fruto Prohibido haya sido una manzana; sólo habla de un fruto. ¿Qué causó la consolidación de la manzana? Quizá se deba a una cuestión puramente lingüística: la palabra del latín malus significa tanto “manzana” como “mal”. Génesis 2:17 habla del árbol del conocimiento del bien y el mal; en latín bien y mal se traduce como bonum et malum, y es posible que ahí naciera la confusión-relación entre la manzana y el mal.
Las manzanas son una cosecha clásica de otoño.
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La manzana también es la culpable en parte de desatar la Guerra de Troya. Eris, Diosa de la Discordia, molesta por no haber sido invitada a la boda de Peleus y Thetis, decidió lanzar a la fiesta una manzana dorada del Jardín de las Hespérides dedicada “a la más bella”. La vieron las diosas Hera, Atenea, y Afrodita, y por supuesto, cada una pensó que la fruta era para ella. Para resolver el problema, le pidieron a Paris de Troya que tomara la decisión final. Todas las diosas intentaron sobornarlo, pero el regalo de Afrodita fue el más poderoso: Helena de Esparta. Así, Paris dio la manzana a Afrodita, tomó a Helena, y el resto es historia.
Una manzana dorada dio pie a la Guerra de Troya.
La inmortalidad de los dioses nórdicos, como Thor, también se debe a la manzana, en este caso las Manzanas Doradas de la diosa Idunn, además de que para ellos esta fruta era un símbolo de fertilidad. Era un símbolo respetado del hogar y presente en varias leyendas y cuentos folklóricos.
La manzana en el arte
Verás esta fruta en cuadros, poemas, e ilustraciones, siempre asociada a la tentación, la vanidad, y todo lo prohibido. Albrecht Durer hizo en 1504 un grabado de Adán y Eva con manzanas; las pinturas de Lucas Cranach y Titian durante el siglo XVI coloca a la pareja en un jardín de manzanas; y para la época en que Milton publicó Paradise Lost, el fruto prohibido ya se mencionaba como Manzana, con mayúscula.
La manzana siempre ha estado relacionada con el Edén y la tentación.
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¡Y ahí no termina todo! Fue también la manzana la que sumergió a Blancanieves en su profundo sueño. Desde que los hermanos Grimm publicaron la primera versión de este cuento en 1812 ya aparecía formalmente la manzana envenenada; en esa época la identidad de esta fruta como tentación y peligro ya había quedado establecida.
La manzana moderna
Las manzanas como las conocemos, Malus Domestica, vienen de la Malus Sieversii, originaria de Kazajistán y sumamente agria, que todavía hoy puedes encontrar. Gracias a los animales, la migración, y los avances tecnológicos y comerciales, hoy podemos encontrar una gran cantidad de manzanas en todo el mundo, de distintos colores y especies. La manzana que encuentras en tu supermercado puede haber viajado desde el otro lado del mundo, o por lo menos cruzado uno o dos países antes de llegar a tus manos.
Las manzanas son una cosecha clásica de otoño.
Son un clásico de otoño e invierno, presentes en pays, tartas, sidras, compotas, ponches, y cualquier otra preparación dulce que puedas imaginar. Recuerda que al existir varias especies y variantes debes asegurarte de escogerla según el sabor que desees – las amarillas son más dulces mientras que las verdes tienden a ser más ácidas. Sea cual sea la que prefieras, la próxima vez que veas una recuerda que tienes frente a ti miles de años de historia.
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