Concebir a la cocina mexicana como el encuentro de dos mundos (el México prehispánico y el contacto con Europa) es, ya lo sabemos, un error: la cocina mexicana –y la cultura, por supuesto-, es una construcción diversa que ha recibido influencias árabes, asiáticas, africanas y más.
Con la creación de la identidad mexicana el en s.XIX, la historia afromexicana desapareció y, junto con ella, la conciencia de todas sus aportaciones a nuestra cultura. De hecho, la cultura afromexicana o la tercera raíz no se comenzó a estudiar formalmente sino hasta 1948, con la iniciativa de Gonzalo Aguirre Beltrán. En el 2015 fue la primera vez que el INEGI incluyó en sus censos la categoría de negros o afrodescendientes; en ese año, más de un millón de mexicanos se identificaron como tal.
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La población negra llegó en las primeras exploraciones españolas a México; venían para trabajar como esclavos domésticos. Y, por supuesto, los africanos siguieron llegando y, conforme fue necesario, empezaron a trabajar también como mano de obra. Los puertos que estaban
autorizados para la llegada de barcos cargados de africanos eran Veracruz, Campeche y Acapulco; actualmente, todavía hay una importante población negra en estos estados.
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Además de aportar su trabajo, los africanos aportaron su cultura: palabras como mucama, marimba, samba, bachata, batucada, chango, ganga, chévere y pachanga son aportaciones de la tercera raíz. También el zapateo, el cantar y la palabra jarocho se la debemos a la población negra.
Y, ¿qué sería de la cocina mexicana sin el menudo, las tripas, la moronga y el arroz con frijoles? Además del uso de productos ahora indispensables como el plátano macho, la yuca o la papaya.
Las poblaciones afrodescendientes apenas están comenzando a ser reconocidas en México, tanto social como legalmente. Y, parte del camino para visibilizar nuestra sangre afromexicana es identificar lo que culturalmente nos heredaron y que ahora tenemos integrado en nuestra vida cotidiana. Así que, la próxima vez que se te antoje un arroz con plátano frito y frijolitos, recuerda su origen y disfrútalo con respeto y amor por tu identidad (afro)mexicana.