El único restaurante chino con estrella Michelin en Francia se encuentra en el corazón de París, donde la elegancia se encuentra con la historia.
Shang Palace, ubicado en el icónico Shangri-La Hotel, ofrece una experiencia gastronómica sin igual. Aquí se mezcla a la perfección la rica tradición de la cocina china con la precisión y la sofisticación de la alta gastronomía moderna.
Bajo la dirección del chef Tony Xu, en Shang Palace nos espera una danza de sabores, texturas y aromas que invitan a un viaje culinario que trasciende fronteras.
Por Melanie Beard
Lujo discreto en el Hotel Shangri-La
Al entrar en Shang Palace, lo primero que se percibe es una atmósfera de lujo discreto. Cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para ofrecer una experiencia envolvente.
La decoración, elegante y serena, refleja la sutileza de la cocina que se sirve en sus mesas: un espacio donde la sofisticación se mantiene en equilibrio con la tradición y el refinamiento.
Shang Palace es un refugio donde cada elemento habla el mismo lenguaje de precisión y respeto por lo esencial.
El viaje gastronómico comienza con una ensalada de ice plant con salsa de sésamo, un plato que, en su aparente simplicidad, logra maravillar.
La frescura del vegetal, crujiente y delicada, se encuentra con la suavidad de la salsa, creando un contraste que no solo es refrescante, sino profundamente armonioso. Esta primera impresión da paso a un sinfín de descubrimientos, donde cada bocado va más allá de lo esperado.
También te puede interesar: Le Domaine Gastronomique del chef Richard Lequet
Platillos originales
Uno de los momentos más memorables llega con los dumplings de langosta azul al vapor.
Al primer bocado, la langosta se fusiona con la etérea masa de los dumplings, creando una sensación de ligereza que se despliega lentamente en el paladar.
Este plato es una demostración de destreza técnica y de la meticulosidad con la que se seleccionan y preparan los ingredientes en Shang Palace.
Cada detalle está pensado para ofrecer una experiencia sensorial única.
Sin embargo, la verdadera revelación llega con el foie gras agridulce, una obra maestra que une dos mundos culinarios en una armonía perfecta.
El foie gras, cremoso y suave, se encuentra con una capa agridulce que lo eleva a nuevas alturas.
Este plato, que podría haber sido una mera combinación de ingredientes, se transforma en una declaración de elegancia, un equilibrio perfecto entre la delicadeza de la cocina francesa y la audacia de los sabores chinos.
El famoso pato Pekín
El pato Pekín, rostizado con una precisión impecable, llega como un plato tradicional elevado a la perfección. La piel crujiente y dorada del pato se sirve acompañada de hojas de lechuga fresca, creando una mezcla de texturas y sabores que es, al mismo tiempo, reconfortante y refinada.
Junto a este, el arroz frito con langosta y espárragos ofrece una experiencia de sabor profundo y equilibrado, con cada grano de arroz perfectamente salteado y entrelazado con la suavidad de la langosta y la frescura de los espárragos.
Cada plato en Shang Palace se distingue por su complejidad y su elegancia. Lo que realmente marca la diferencia es la manera en que estos elementos se ensamblan con cuidado, creando una narrativa que no solo se saborea, sino que se vive.
La experiencia gastronómica es acompañada por tés chinos exquisitos, como el Pu Erh, profundo y terroso, y el Jasmine, delicado y fragante, que logran siempre enriquecer los sabores de los platos.
Cada sorbo complementa la experiencia, enlazando la historia líquida de China con la tradición culinaria que se despliega en la mesa.
Tradición e innovación
Shang Palace es un puente entre el pasado y el presente, entre la tradición ancestral china y la innovación moderna.
Cada plato cuenta una historia, evoca memorias, despierta emociones. Aquí, la cocina no solo se disfruta, sino que se vive, se celebra y se respira. En este espacio, el mestizaje cultural se convierte en un arte sublime.
Un arte que ha sido perfeccionado por el chef Tony Xu y su equipo, que no solo cocinan, sino que cuentan historias con cada ingrediente, con cada técnica, con cada toque.
El Shangri-La Paris, donde se encuentra Shang Palace, es el escenario perfecto para esta experiencia única.
El único restaurante Chino con estrella Michelin en Francia se ubica en un edificio histórico que alguna vez fue un palacio, ahora restaurado para ofrecer el máximo confort y lujo.
Desde sus suites, los huéspedes disfrutan de una vista inigualable de la Torre Eiffel, mientras que el ambiente que se respira dentro es una mezcla de opulencia discreta y hospitalidad sublime. En este santuario parisino, el tiempo parece detenerse, permitiendo que los comensales se entreguen por completo al arte culinario que se despliega ante ellos.
También te puede interesar: Así es la experiencia culinaria en Published on Main en Vancouver
Un viaje a través del tiempo
Shang Palace es una travesía sensorial, un viaje a través del tiempo y el espacio, donde la cocina se convierte en un puente entre culturas, un testimonio de la creatividad y la tradición. Cada plato es una celebración de la habilidad para reinventar lo tradicional sin perder la esencia. En Shang Palace, la cocina alcanza un nivel de sofisticación y armonía que es tan sublime como inesperado, y donde cada bocado deja una huella imborrable en la memoria.
Descubre la magia de Shang Palace aquí: Shang Palace
