La sopa paraguaya es una de las joyas culinarias más representativas de Paraguay. Este platillo combina ingredientes sencillos y tradicionales. Cada parte, tuvo como resultado una receta única que, curiosamente, no se presenta en forma líquida. Con una historia arraigada en la cultura guaraní, esta receta se ha convertido en un símbolo nacional. A continuación exploraremos su historia, sus ingredientes, preparación y variantes que mantienen vigente a la sopa paraguaya.
Por: Desiree Perea
La sopa paraguaya no se ve en cualquier lugar
Cuando pensamos en sopa, lo primero que suele aparecer en nuestra mente es un plato hondo, con ingredientes sólidos que se humectan en un caldo (líquido o espeso) lleno de sabor. Sin embargo, en Paraguay difieren por completo con esta idea. Aquí, la sopa paraguaya es un platillo sólido, no hay más. La historia de esta receta tiene un origen accidentado. Está más que claro que la cocina se enfoca por completo en cantidades.
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Los relatos populares en Paraguay cuentan que, a mediados del siglo 19, fue la cocinera del presidente quien sirvió la primera sopa paraguaya sin saberlo. El presidente en turno disfrutaba de una clásica y reconfortante sopa de maíz a la hora de la comida. Sin embargo, un día, la cocinera añadió una parte más de harina y al momento de hornear el platillo, se volvió completamente sólido. El resultado final fue: una especie de budín salado, con una textura suave y húmeda.
¿Qué ingredientes conforman la receta tradicional?
La sopa paraguaya se caracteriza por su simplicidad y versatilidad, pero los ingredientes básicos son pilares para servir una versión auténtica. Asimismo, es importante mencionar que su preparación sigue siendo un ritual en muchos hogares dentro del país. Los elementos que hacen destacar a esta receta son:
- Harina de maíz
- Queso fresco
- Leche
- Huevos
- Cebolla
- Aceite o manteca de cerdo
La preparación comienza por sofreír la cebolla con un poco de grasa, debe reservarse para evitar añadirla a la mezcla cuando aun está caliente. Para el proceso de la mezcla, debe seguirse un orden, de lo contrario, los ingredientes pueden no incorporarse correctamente. En primer lugar, se bate la grasa con el huevo hasta obtener una consistencia suave, crema y de color uniforme.
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Lo ideal es rallar el queso lo más fino posible, pues también se agrega a la mezcla. Como paso final antes del horneado, se agrega la porción de harina de maíz. La sopa paraguaya debe hornearse hasta que esté completamente firme y con una capa superior ligeramente dorada. Algunas versiones contemporáneas añaden vegetales o algún tipo de carne; esto ocurre cuando se va a servir como plato principal. Si se prefiere la versión tradicional, es un acompañante ideal para asados.
Así, la sopa paraguaya es un símbolo de tradición, identidad y orgullo nacional. Desde su origen hasta las mesas modernas, esta receta ha conquistado corazones gracias a su sabor, textura e la historia. Paraguay es uno de los países latinoamericanos que presume una rica herencia cultural y este platillo es un claro ejemplo de ello. Aunque se presenta como una alternativa de guarnición, la realidad es que su protagonismo la hace destacar.