Siempre es buen momento para disfrutar de una exquisita pizza. Dentro de esta categoría, podemos encontrar un sinfín de estilos y vale la pena descubrir cada una. La pizza griega se mantiene como una joya escondida que tiene mucho que ofrecer. Para algunos, la combinación de ingredientes resulta realmente agresiva; sin embargo, para los que disfrutan de sabores intensos, es perfecta.
A simple vista, podría parecer una variante más, pero al profundizar en sus características, es posible revelar las diferencias que la hacen única. ¿Qué la distingue del resto? A continuación, te contamos sobre el origen y anatomía de la pizza griega.
Por: Desiree Perea
La pizza griega sorprendentemente no nació en Grecia
Los ingredientes que conforman a la pizza griega no es lo único que permite reconocerla bajo esta denominación. Si bien no fue creada en territorio griego, detrás de las receta original están inmigrantes griego que llegaron a la ciudad de Boston, en Estados Unidos. Además de Argentina, este país es otro de los territorios en el continente americano que presume gran influencia italiana.
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Realmente no se conoce una historia en concreto sobre su creación, pero vale la pena adentrarnos en su anatomía, pues es realmente fascinante. La base de la pizza griega es la diferencia número 1 frente a otros estilos. La masa es extremadamente húmeda y ligera; lo ideal es colocar una base gruesa barnizada con aceite de oliva para que al hornearse, los bordes queden crujientes.
Antes de ir al horno, claro que se deben colocar los toppings; para ello, los favoritos en la pizza griega son:
- Queso feta (fresco)
- Salsa de tomate (el sabor del orégano debe ser predominante)
- Aceitunas Kalamata
- Alcachofa
- Berenjena
Un homenaje a la intensidad de la cocina griega
Los ingredientes dentro de la cocina mediterránea se caracterizan mantienen sabores completamente diferentes a los que estamos acostumbrados. Para este lado del mundo, las notas que se encuentran en el paladar suelen ser muy intensas; pero esto no tiene por qué restarles importancia, de hecho, tienen gran potencial en un sinfín de recetas.
Al probar la pizza griega, es posible darnos una idea de la profundidad de esta cocina europea. De hecho, es una forma más amable para ir conociendo los sabores que la caracterizan. Usualmente se comparte al centro y se puede acompañar con un poco de ensalada.
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La pizza es uno de estos platillos mundiales que se reconoce al instante. Darle una oportunidad a la pizza griega vale por completo la pena. La combinación atinada de sus ingredientes la ha convertido en un digno representante de la cocina mediterránea en Estados Unidos. Esta creación es un claro ejemplo del poder que tiene la cocina fusión.
A diferencia de otras propuestas, la pizza griega es favorita por mantener una base gruesa y crujiente, donde la intensidad de sus sabores habla por si sola. Así, estes estilo de pizza poco a poco se ha ganado más seguidores.
