Los hot cakes, también conocidos como pancakes, son un desayuno popular en muchas partes del mundo. Estos pasteles planos, suaves y esponjosos, suelen servirse acompañados de mantequilla, miel, frutas o jarabes. Aunque actualmente se asocian con el desayuno en países como Estados Unidos y México, su origen se remonta a miles de años, y han evolucionado a lo largo del tiempo en distintas culturas.
¿Sabías que tienen origen en la cultura griega, y que de ahí derivan todas las versiones que de ellos conocemos en la actualidad? A continuación, exploraremos la historia de esta receta y cómo este platillo ha logrado consolidarse como un favorito en muchas mesas. ¿Listo para la aventura?
Sí: todo empezó en Grecia
El origen de los hot cakes puede rastrearse hasta tiempos de la Grecia Clásica. Dicha civilización les llamaba “tagenites” y se preparaban con harina, aceite de oliva, miel y cuajada de leche.
Por su parte, los romanos tenían un platillo similar llamado “alita dolcia”, hecho con harina, huevos y leche, al que añadían especias y miel para darle un toque dulce. ¿Ya iban tomando forma de como los conocemos actualmente, no?
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¿Qué fue de los ‘hot cakes’ en la Edad Media y el Renacimiento?
Durante la Edad Media, la preparación de ellos se mantuvo en diversas culturas, aunque las recetas comenzaron a volverse más sofisticadas. En Europa, empezaron a incluir ingredientes como huevos y leche, lo que les daba una textura más esponjosa y un sabor más rico. Estos avances se dieron gracias a la influencia de la cocina árabe, que introdujo nuevas técnicas y sabores en el continente europeo.
En Inglaterra, hacia el siglo XV, ya eran un platillo popular, especialmente durante la celebración del “Shrove Tuesday” o Martes de Carnaval. En dicho día se consumían alimentos ricos antes del inicio de la Cuaresma. Los hot cakes se preparaban con los ingredientes disponibles antes de entrar en el periodo de ayuno, lo que contribuyó a que este platillo se asocie con festividades y reuniones familiares.
La tradición en América
El salto de esta preparación al continente americano ocurrió durante el periodo de colonización. Los colonos europeos trajeron consigo sus tradiciones culinarias, y los hot cakes no fueron la excepción. En América del Norte, los ingredientes básicos, como la harina de trigo y el azúcar, se integraron con productos locales, como el maíz y la miel de maple, dando lugar a las versiones actuales.
Durante el siglo XIX, se hicieron cada vez más populares en Estados Unidos, gracias a la introducción del polvo para hornear, un ingrediente que permitió que los hot cakes se volvieran más esponjosos y fáciles de preparar. El desarrollo de este producto, junto con la producción masiva de harina y la expansión de la cultura del desayuno, contribuyó a que se consolidaran como un platillo básico en los desayunos estadounidenses.
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Los hot cakes: lo de hoy
El crecimiento de esta preparación en la cultura estadounidense también impulsó su popularización en otros países. En México, por ejemplo, se les conoce como hot cakes y suelen servirse con mantequilla y miel, o con acompañamientos como cajeta, frutas o mermelada.
Este platillo ha sido adoptado y adaptado a los gustos locales, volviéndose un favorito en el desayuno de muchas familias mexicanas. Incluso, existen recetas mucho más mexicanas en las que la base de la harina, en vez de ser trigo, es maíz.
Hoy en día, se disfrutan en todo el mundo y han dado lugar a múltiples variantes según las costumbres locales.
La versatilidad de algo tan común con los hot cakes
Existen versiones tanto dulces como saladas, con diferentes ingredientes y técnicas de preparación. Algunas recetas incluyen frutas, chocolate o incluso ingredientes integrales para hacerlos más saludables. En la gastronomía contemporánea, también se han convertido en un platillo versátil que puede servirse tanto en el desayuno como en brunches o cenas informales.
Su origen es el resultado de una evolución histórica que abarca desde las primeras civilizaciones hasta el mundo moderno. Este platillo ha logrado perdurar y adaptarse a diferentes culturas, manteniendo su popularidad como una opción deliciosa y reconfortante para el desayuno. A través de los siglos, los hot cakes han demostrado ser una comida versátil que sigue conquistando paladares alrededor del mundo. ¿No son de tus platos favoritos?
