En los impresionantes paisajes que presume el sureste mexicano, entre montañas y selvas tropicales; se encuentra una joya culinaria que cautiva con sus aromas y sabores: el mole chiapaneco. Estos platillos representan una tradición arraigada en la historia y cultura de Chiapas; destacándose por su complejidad de sabores y el método a detalle que requiere su preparación.
La gastronomía mexicana es sin duda un universo de sabores que seduce paladares alrededor del mundo. En cuanto al mole, se reconocen preparaciones provenientes de estados como Puebla y Oaxaca; sin embargo, el mole chiapaneco tienen mucho que ofrecer, y aquí te contamos un poco sobre esto.
Por: Desiree Perea
¿Qué hace único al mole chiapaneco?
El mole, cuyo nombre deriva del náhuatl “molli” que significa salsa o mezcla, es una salsa espesa que se elabora con una combinación única de chiles, especias, y en ocasiones, chocolate. El mole chiapaneco se distinguen por la utilización de ingredientes locales como el plátano macho y hierbas aromáticas que crecen en la región.
Enfocándonos en una versión base, el mole chiapaneco más conocido sobresale puesto que predominan las notas dulces. Además, las notas picantes no solo se encuentran en los chiles ecos, si no también en las especias. También se incluye una porción abundante pepitas tostadas, las cuales se encargan de aportar textura y aroma.
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Asimismo, para lograr esta consistencia ligeramente espesa y tersa, aquí no se utiliza cualquier pan. De hecho, es una de las principales diferencias que hace la mole chiapaneco único; pues se utiliza pan de yema que aporta un toque extra de dulzor.
En cuanto a las proteínas para acompañar el mole chiapaneco también se prefiere el guajolote, pues mantiene un porcentaje de grasa ligeramente más alto que el pollo. Y a nivel de sabor, también pueden encontrarse diferencias positivas. Esto no quiere decir que el pollo no sea una opción; ambas versiones son validas en todo México; simplemente es cuestión de gustos.
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Un tesoro gastronómico que vale la pena reconocer
Hablar del mole chiapaneco no solo se limita a una sola receta. Es todo un viaje culinario el adentrarse en la cocina tradicional del estado para poder conocer directamente de los locales sobre las recetas que ellos conocen. Ellos son los principales embajadores y que llevan una tarea tan importante como es mantener vigentes las recetas.
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Muchas veces dichas recetas únicamente se conocen dentro de los núcleos familiares o bien, de ciertas comunidades. Es común que las familias chiapanecas transmitan de generación en generación sus recetas secretas, asegurando así la autenticidad y tradición en cada bocado. Sin embargo, esto hace que estas preparaciones se mantengan en una especie de secreto. Además, suele ocurrir que futuras generaciones decidan no seguir con la tradición.
En resumen, el mole chiapaneco no solo son una delicia para el paladar, sino también una ventana a la historia y la cultura de una de las regiones más fascinantes de México. Cada plato cuenta una historia de resistencia y orgullo; reflejando la conexión profunda entre la tierra, el pueblo y su cocina.