Las flores comestibles se han convertido en un gran aliado dentro de la gastronomía. A nivel nacional e internacional, estas joyas naturales y llenas de color aportan en gran medida a la presentación de un plato. Además de que también presumen beneficios que suman a su importante presencia en la cocina. Dentro del universo disponible, las jacarandas son seguras para el consumo humano.
Aunque para muchos son un simple elemento que decora el ambiente en México, también vale la pena conocer su potencial en la cocina. A continuación, te contamos sobre la sigilosa presencia de las jacarandas dentro de la cocina; un lado de estas flores que sin duda, merece mayor reconocimiento.
Por: Desiree Perea
Árboles de jacaranda ¿qué si y qué no se puede comer de ellos?
Cuando la primavera anuncia su llegada, es imposible no notar el cambio. En México, las calles se cubren de un color lila hipnotizante. A las jacarandas, podemos agradecerles el color vibrante en el ambiente; sin embargo, también tienen mucho que aportar en la industria gastronómica. Aunque no son tan reconocidas dentro de las flores comestibles, la realidad es que merecen su reconocimiento.
Durante generaciones, el uso de flores en la gastronomía ha sido una práctica común. Desde la delicada flor de calabaza, hasta el aromático azahar; las flores aportan no solo belleza estética a los platillos, sino también sutiles sabores y texturas únicas.
Te podría interesar: Tres recetas de flores exóticas comestibles que debes probar
Enfocándonos en las jacarandas, es importante hacer énfasis en la distinción de sus partes. En primer lugar, las flores son aquellas que sí se pueden consumir sin problema. Son pequeñas, de forma tubular y se agrupan en grandes racimos que cubren casi por completo el árbol cuando florecen.
Ahora, aunque estos árboles también producen frutos, esta parte no es comestible. Tienen una consistencia dura y una textura terrosa. No presentan sabor, por lo que no tienen nada que aportar al mundo gastronómico. Y por si fuera poco, las semillas que contienen estos frutos, pueden llegar a ser tóxicas o causar problemas estomacales.
¿Qué se puede hacer con las jacarandas en la cocina?
Contrario a lo que se podría pensar por su intenso color, el sabor de las jacarandas es delicado y sutil. Es ligeramente dulce y floral, con un dejo que recuerda a otras flores comestibles como la lavanda. Su sabor no es invasivo, y gracias a ello, ha encontrado un lugar especial dentro de la cocina dulce y en las bebidas.

Te podría interesar: Las 5 flores comestibles de origen mexicano más utilizadas
En los postres, su presencia va más allá de la decoración. Muchas veces se complementa de sabores como la vainilla para lograr una fusión profunda en aroma y sabor. Es posible incorporarla en helados, gelatinas, jaleas y hasta en cremas o betunes para cubrir pasteles. Por otro lado, las jacarandas tienen presencia importante en tés e infusiones. Con ayuda del agua caliente, es posible extraer todas sus propiedades.
Antes de convertir estas flores en un ingrediente de temporada al cocinar en casa, es importante asegurarte de que no se presenten reacciones alérgicas. Además, es importante siempre lavarlas para liberarlas de cualquier contaminante. De esta manera, puedes encontrar en las jacarandas, una gran oportunidad para explorar nuevos sabores y aromas en la cocina.