Si pudiéramos representar la felicidad con un postre, seguramente uno de los mejores candidatos sería el brownie. Un cuadrado del tamaño de la palma de la mano es suficiente para englobar su esencia por completo. Es uno de los postres clásicos que ha logrado trascender generaciones y fronteras.
Al pensar en un antojo dulce, esta delicia de chocolate es una de las primeras ideas que vienen a nuestra mente. Puede constituirse simplemente de chocolate, o añadir nueces, almendras y hasta frutas secas. Vale la pena sumergirse en el mundo de los brownies, pues no dejan de ser populares en la actualidad. A continuación, te contamos sobre el origen, anatomía y hasta evolución de este postre nacido en el continente americano.
Por: Desiree Perea
Palmer House Hotel, el lugar donde se sirvió el primer brownie
Dentro de las diversas historias acerca de la invención de este postre, atribuirlo al restaurante de este hotel en Chicago es la versión más aceptada. Bertha Palmer era la mujer al frente de este complejo, y fue quien personalmente puso a trabajar a la pastelería del lugar en la primer versión del brownie.
El Hotel Palmer House, albergó una convención en 1893 y Bertha quería que la mente de los asistentes quedara marcada con algún producto; así siempre recordarían a su complejo. De esta manera, pidió al área de repostería que crearan un postre que cumpliera con las siguientes características:
- Más pequeño que un pastel.
- Más sustancioso que una galleta.
- Debía tener el tamaño perfecto para entrar en una maleta para llevar el almuerzo.
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Así, se sirvió lo que ahora conocemos como brownie. La receta del hotel incluye nueces dentro de la mezcla; al servirlo, se decora con un poco de glaseado de albaricoque. De hecho, se sigue sirviendo en el restaurante del hotel y la receta se mantiene intacta.
¿Por qué no es lo mismo que un pastel o una galleta de chocolate?
Responder a esta pregunta puede parecer fácil. Sin embargo, las diferencias van más allá del prescindir del polvo para hornear en la receta del brownie. Este primer factor, ayuda a mantener la mezcla densa, incluso una vez que se hornea. Por esta razón, se percibe una textura completamente diferente a la de un pastel.
Tampoco podemos describirlo como una galleta, pues su receta no pretende presentar una pieza crujiente. De hecho, se utiliza una cantidad mínima de harina; un buen brownie sí o sí debe mantener su interior suave y húmedo.

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Aunque el protagonista siempre debe ser el chocolate, esto no ha sido obstáculo para presentar nuevas propuestas. A partir de la base tradicional, el brownie ha sufrido ligeros cambios; algunos son realmente acertados. Por ejemplo, se puede añadir en la mezcla galletas, crema de cacahuate, caramelo, frutos rojos, etc.
El brownie es un postre que nunca pasa de moda. Su sabor intenso a chocolate, es uno de sus mayores atractivos. Sin embargo, en cuanto a la textura, también resulta interesante. Y si a esto le sumamos su versatilidad para darle gusto a distintos paladares, se convierte en un postre al que es difícil negarse.