Para dominar las entrañas de la Central de Abasto se necesitan aproximadamente nueve meses – el mismo tiempo que tardaría tener un hijo. Pero ahora nace el Rincón Gastronómico, una serie de recorridos en los que algunos de los mejores chefs del país visitarán las distintas áreas de la CEDA en busca de tesoros gastronómicos.
Texto e imágenes: Michelle López – @Mich_Lv
Y para inaugurar estos rincones, quién mejor que Pablo Salas, chef de Público Comedor e Itacate. El chef visitó el sector de Flores y Hortalizas del mercado más grande del mundo para encontrar frutas, verduras y legumbres provenientes de todo el país.
Hubo hallazgos que le sorprendieron, tal como la chirivía. “Es muy difícil encontrarla en la Ciudad porque viene del Norte,” explicó. Se produjeron otros pequeños milagros: chilacayote, ruibarbo, una col que parecía profetizar la perfección, elotes y zanahorias baby.
Los precios eran en sí mismos prodigiosos: ¿quién podría haber pensado que un generoso manojo de espárragos estaría al alcance por sólo $30? ¿O que una dulce piña se vendería en apenas $15? Quien busque flores, verduras, lácteos, abarrotes o el amor eterno, puede estar seguro de encontrarlo en la Central de Abasto.
Despensa en mano, el Chef preparó una comida completa utilizando todos los ingredientes recién comprados. Los cuatro tiempos estuvieron formados por un taco de aguacate, jitomate y pápalo en tortilla de maíz azul; una ensalada de zanahoria, pepinillos y chirivía sobre puré de camote y papa; una col a las brasas con queso bola y ceniza de cebolla junto con chilacayote en salsa de pipián; y para rematar un pastel de elote en espejo de crema de mantequilla, acompañado de elotitos caramelizados, y mermelada y piezas de ruibarbo.
Ensalada de zanahoria, pepinillo y chiririvía sobre puré de camote y papa
Esta iniciativa de la Central invita a los chefs a recorrer sus pasillos para encontrar ingredientes frescos y de calidad entre locales y vendedores que ocupan una extensión equivalente a 51 Zócalos capitalinos. Con estas acciones se espera seguir apreciando el valor cultural y económico de los ingredientes mexicanos.
