Matcha latte, con fresa, mango y ahora, hasta en cocteles. Si, el matcha se ha convertido en toda una sensación por múltiples razones. Aunque muchas veces la popularidad es más que bienvenida, en este caso, se ha convertido en toda una amenaza. A nivel mundial, la demanda de este té verde se ha disparado de manera importante en los últimos meses; ¿la razón? Muchas veces simplemente para tomarle una fotografía para redes sociales.
Producir el matcha en Japón no es tarea fácil, y es algo que la industria a nivel mundial no está viendo. En esta nota, te contamos sobre la complejidad de este legendario té verde que hoy se encuentra en prácticamente todas las cafeterías a nivel mundial.
Por: Desiree Perea
La fiebre por el matcha se está saliendo de control
No es extraño que sigamos viendo de redes sociales bebidas de color verde casi todos los días. Encontrar un buen matcha ya no es complicado; diferentes cafeterías se han enfocado en perfeccionar la técnica de preparación porque sí, al igual que el café, este té requiere de temperaturas y cantidades específicas.
Pero, ¿qué hace que sea tan anhelado? Simple, su proceso de elaboración. A diferencia de otros tés, el matcha no es simplemente hojas secas; es un polvo finamente molido de hojas de té verde cultivadas bajo sombra. Este proceso se conoce como “tencha” y es crucial. Durante varias semanas antes de la cosecha, las plantas de té se cubren para protegerlas de la luz solar directa. Esto aumenta la producción de clorofila y potencia la concentración de aminoácidos.
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En el matcha nada se desperdicia. Una vez que finaliza la cosecha, las hojas y tallos se muelen por igual hasta obtener un polvo ultrafino de color verde brillante. Este proceso, que requiere paciencia, habilidad y condiciones climáticas específicas; dichos factores marcan la calidad del matcha y, sorprendentemente, también se ha convertido en su punto más vulnerable. Simplemente no hay forma de acelerar el proceso.
La versatilidad de este té japonés está jugando en contra
Cuando se introdujo el matcha fuera de Japón, la única forma de aprovecharla era como una bebida (caliente o fría). Sin embargo, el talento detrás de la barra y la cocina en cafeterías y pastelerías descubrió que este atractivo polvo verde tenía mucho más potencial. Con el paso del tiempo, se convirtió en un ingrediente favorito dentro de la categoría de postres. Actualmente, se preparan hotcakes, pasteles, helados, cheesecakes, galletas y muchas más recetas dulces.
Esto fue sin duda una gran noticia para todos los amantes del matcha; sin embargo, ahora es algo que está haciendo sufrir a la industria japonesa. No hay forma de reconocer a este té si no se hace en Japón; por lo que producirlo en otros países simplemente no es opción. Además, es importante señalar que tampoco hay forma de acelerar el proceso.

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La cultura del té en Asia es algo serio; obtener una sagrada bolsa de matcha no es algo que se hace de la noche a la mañana. El proceso de secado a la sombra es clave, pues es la única forma de obtener el color verde brillante que lo caracteriza. Si bien es una fuente de dinero importante para el país, esto no ha hecho que el proceso cambie. Japón está comprometido a mantener su elaboración artesanal y sostenible.
El objetivo no es prohibir o condenar el consumo del matcha. Sabemos que para muchos es una bebida favorita por ser una fuente de energía más saludable; sin embargo, es importante poner atención a la cantidad de consumo. Mantiene un porcentaje considerable de cafeína, por lo que no deja de alterar al sistema nervioso; sin importar su presentación.
Más allá de ser una simple moda, el matcha presume grandes beneficios para el organismo, así que debemos valorarlo. Detrás de este ingrediente ancestral está el trabajo de miles de personas; como consumidores tenemos la responsabilidad de aprovecharlo y respetarlo al máximo. Aunque se mantiene vigente, al mismo tiempo corre peligro.