En el universo del café, hoy nos permite conocer una gran variedad de bebidas para todos los gustos. Aunque cada una mantiene características y proporciones diferentes, todas persiguen un mismo objetivo: enaltecer el aroma y sabor del café. En Italia, el macchiato ocupa un lugar especial. ¿La razón? A continuación te contamos sobre su peculiar anatomía y preparación que marcan la diferencia.
Por: Desiree Perea
El atinado origen del macchiato
Un buen café con un poco de leche no quiere decir que está arruinado. De hecho, la magia está en la preparación meticulosa que permite brillar a ambos ingredientes. El macchiato tiene sus raíces en Italia, cuna también del espresso. Algunos relatos colocan su origen en la década de los años 80. La palabra se traduce al español como ‘manchado’. Durante ese tiempo, los baristas comenzaron a añadir un toque de leche para suavizar la intensidad del espresso.
A diferencia de otras bebidas suaves con café, la proporción de un buen macchiato es lo que marca la diferencia. Tradicionalmente se considera 90% de café y 10% de leche. Gracias a esto, el café no pierde su protagonismo, pero permite que el sabor sea mucho más amable.
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La fusión perfecta que solo requiere dos elementos
La receta italiana dicta que el macchiato sí o sí se sirve caliente. Sus ingredientes no son difíciles de entender: café y leche. Ambos son elementos que se mantienen unidos en distintas bebidas; desde el clásico capuccino,hasta el latte o el flat white. Sin embargo, cada una tiene características especificas que ayudan a diferenciarlos entre sí.
En el caso del macchiato, se sirve en una taza pequeña. Asimismo, es importante hacer énfasis en que su preparación requiere de habilidad y precisión. El objetivo de esta bebida es únicamente suavizar las notas intensas del espresso, por lo que es fundamental elegir un buen grano para lograr una bebida aromática y equilibrada.
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En cuanto a la leche, su temperatura debe igualarse a la del espresso para evitar que la bebida pierda profundidad. Lo ideal es calentarla y espumarla con ayuda de un espumador de leche. Primero se sirve la porción completa de espresso, para posteriormente terminar con una capa ligera y cremosa de leche caliente.
La evolución de esta bebida, la ha llevado a salir de los límites del territorio italiano. Actualmente es una de las opciones favoritas para quienes disfrutan del café sin atacar por completo al paladar. Se mantiene como una elección ideal para encontrar una carga de energía con un toque cremoso justo. Así, el macchiato ha ganado terreno dentro de la industria. Su versatilidad y su capacidad para adaptarse a diferentes gustos lo convierten en una opción perfecta para cualquier amante del café.
