¿Quieres apreciar tu copa de vino al máximo? Aprovechamos las fiestas de vendimia en Finca Sala Vivé de Freixenet México para descubrir cómo catar vino de acuerdo a su color y tipo: blanco, tinto o espumoso.
Por Michelle López
En cualquier cata hay tres etapas de apreciación: visual, olfativa y de gusto. Para vinos blancos y tintos te recomendamos tomar un sorbo inicial y pasarlo por toda la boca para que conozca el vino. Este primer contacto probablemente será muy fuerte. Toma entonces un segundo sorbo y éste sí disfrútalo: ya podrás percibir mejor las notas de aromas y sabores. Nosotros exploramos con vinos de Viña Doña Dolores y descubrimos que estos tips son universales.
Para catar vino blanco
En los vinos blancos las tonalidades pueden ser doradas, amarillo paja, o con tonos verdosos. Los más claros o tendiendo a verde son los jóvenes, mientras que los colores amarillos o dorados más consolidados corresponden a los vinos maduros.
Una de las recomendaciones es descifrar el vino a partir de las memorias propias, lo que te venga a la mente al oler o probar el vino. Aunque algunos ingredientes o notas son universales y pueden ser apreciadas por todos, la apreciación del vino también es subjetiva: cada persona ha tenido experiencias distintas que se detonarán de forma diferente al momento de estar frente a una copa.
–Dos tipos de uva que debes conocer para quedar como un experto del vino
Con el vino blanco se puede agitar la copa para liberar la siguiente capa de aromas: mécela en círculos para permitir que el líquido se oxigene y vuelve a oler; descubrirás un nivel de fragancia totalmente nuevo.
Algunas notas aromáticas comunes son durazno, mango, piña, toronja, o manzana verde, ésta última cuando el vino es inmaduro, sea que la cepa es joven o que la vendimia se realizó demasiado pronto.
Para catar vino tinto
En este vino el color nos dirá mucho a simple vista. Un vino color violeta es joven, de añada reciente y con escaso o nulo paso por barrica. Si el color del líquido es rojo rubí, con tonos más apasionados y vivos, se trata de un vino que ya tiene crianza, teja marrón, anaranjado es Gran Reserva.
Mucho se dice respecto a las “piernas”: los hilos de vino que se forman en corona cuando agitamos la copa. En realidad estas piernas no afectan la calidad o percepción del vino, sino que son indicadores de la viscosidad del vino.
Aquí los aromas frecuentes son jazmín, rosa o menta; conforme maduran se añaden vainilla, canela, clavo, avellanas, caramelo o pan tostado.
El aroma e incluso sabor a cuero, o notas muy marcadas a humo o madera, son característicos de los vinos con mucho mayor añejamiento, ya que estas notas las da la barrica y el tipo de roble utilizado en ella, mientras que un vino joven mantendrá las notas florales y frutales de las uvas originales.
Tips para elegir el vino en una cita de negocios
Para catar vino espumoso
A diferencia del blanco y tinto, el vino espumoso no se puede agitar porque perdería efervescencia. Fíjate en la espuma, que sea voluminosa y duradera
Un indicador de calidad es la burbuja: busca burbujas muy finas; esto indica que el vino se fermentó a baja temperatura. Una buena señal es el “rosario” – hilos de burbujas que se forman entre la superficie y el fondo. Un rosario largo de burbujas finas nos habla de un vino con buena persistencia y elaboración correcta. Intenta escuchar el vino: acerca la efervescencia a tu oído y toma nota de lo que puedes oír.
Los espumados jóvenes tendrán aromas frutales y algunas notas de pan fresco hasta sus primeros dos años. En el caso de estos vinos no se recomienda tomar un sorbo y pasarlo por la boca, ya que el gas puede bloquear las papilas gustativas. Sí puedes tomarte el tiempo para apreciar las burbujas en labios, lengua y garganta pero procura que no abrumen tu paladar. Un buen vino debe tener una efervescencia ligera y fresca con textura sedosa. Experimenta con los Brut Reserva, Brut Gran Reserva, Semi Secos o Dulces y encuentra sus diferencias más sutiles.
¿Estás listo para tu próxima aventura en una copa?