El cóctel Manhattan es uno de los más icónicos y antiguos dentro del mundo de la coctelería clásica. Se le reconoce por su equilibrio perfecto entre dulzura, amargor y suavidad, lo que lo convierte en una bebida sofisticada y versátil. Desde su invención ha cautivado a generaciones y sigue siendo un referente en bares de todo el mundo.
Pero, ¿cómo nació este cóctel? En esta nota exploraremos a fondo la historia del cóctel Manhattan. Desde su origen, hasta su evolución y el lugar especial que mantiene dentro de la cultura popular contemporánea.
Por: Desiree Perea
Así se presentó por primera vez el cóctel Manhattan
La versión más popular sobre la creación de este cóctel menciona que fue creado en el Manhattan Club de Nueva York, en 1874. La leyenda cuenta que fue elaborado en una fiesta organizada por Jennie Jerome, la madre de Winston Churchill. Dicha celebración tenía como objetivo reconocer al nuevo gobernado del estado. La primera versión realmente no se enfocaba en cantidades; sin embargo, no tardo el popularizarse y por ende, se perfeccionó para equilibrar sus sabores.
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Anatomía para su preparación
Este cóctel se es reconocido como una mezcla simple pero efectiva. Únicamente se necesitan tres ingredientes, para así darle lugar a una combinación balanceada que logra como resultado un cóctel complejo en sabor, con un perfil dulce y especiado. Además, el cóctel Manhattan, sí o sí, se sirve frío.
- 60 ml de whisky de centeno
- 30 ml de vermut dulce
- 2-3 gotas de amargo de Angostura
- Hielo
- Cereza marrasquino para decorar
La preparación no es compleja, pero implica cierta técnica, ensayos y errores. Se necesita de un vaso mezclador, donde se agitan los ingredientes con hielo. Posteriormente, se debe colar el cóctel para servir únicamente el líquido en una copa de cóctel fría. Puedes optar por decorar con una cereza marrasquino.
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Larga vida al cóctel Manhattan
A lo largo de los años, el cóctel Manhattan ha experimentado varias modificaciones, sobretodo en la elección de los ingredientes. A finales del siglo XIX y principios del XX, la popularidad del whisky disminuyó, lo que llevó a muchos bares a prepararlo con bourbon (una versión más dulce).
Por otro lado, en la era de la Ley Seca en los Estados Unidos, cuando la producción y venta de alcohol estaba prohibida, los barmans tuvieron que improvisar con licores de baja calidad, lo que afectó la calidad de los cócteles en general. Sin embargo, el cóctel Manhattan logró sobrevivir gracias a la simplicidad y accesibilidad de sus ingredientes.
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Hoy en día, el cóctel Manhattan sigue siendo uno de los más solicitados en bares de todo el mundo. Su versatilidad y simplicidad le han permitido adaptarse a las tendencias actuales de la coctelería, sin perder su esencia. Muchos bartenders consideran al Manhattan como una prueba de fuego en la coctelería, ya que su preparación requiere precisión en el equilibrio de sabores.
De esta forma, el cóctel Manhattan ha trascendido épocas, modas y fronteras. Su sencilla pero elegante combinación de whisky, vermut y notas amargas sutiles ha demostrado ser una fórmula ganadora que sigue conquistando paladares en todo el mundo. Sin duda es una receta clásica que sigue atrayendo a los amantes de la coctelería. El Manhattan es una bebida que nunca pasa de moda.