La industria de alimentos y bebidas está pasando por uno de sus momentos más críticos. De acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC), cerca de 36 mil restaurantes cerrarán sus puertas definitivamente al no poder sostenerse durante esta contingencia.
En este contexto, la industria cervecera artesanal, que también ha sido fuertemente golpeada y que está luchando por sobrevivir, se ha demostrado como una de las más solidarias hacia el personal médico y la sociedad en general.
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Antonieta Carrión, propietaria de Cervecería Madrina, en colaboración con Hagamos Asado comenzó a vender paquetes de comida con cerveza a domicilio. Tras un par de semanas de trabajo empezaron a vender sus Chilaquiles Solidarios; por cada orden de chilaquiles vendida, otra orden sería donada al personal médico de distintos hospitales.
Otro ejemplo es Yeccan, el bar especializado en cervezas artesanales mexicanas ubicado en la colonia Roma. Ahí también han destinado tiempo y esfuerzo a proyectos solidarios: desde que inició la contingencia, comenzaron a promover la venta de sándwiches y growlers de cerveza a domicilio. Después, y buscando contribuir desde su trinchera a mejorar la situación actual, decidieron que, por cada dos sándwiches vendidos, regalarían uno al personal de salud de diferentes hospitales de la Ciudad de México, que entregan personalmente, una vez por semana.
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Algunos otros productores de cerveza independiente han aportado, también, recursos y esfuerzo; ya sea produciendo gel desinfectante, apoyando a otros productores locales a través de redes de consumo y compra y, siempre, con la pequeña pero enorme acción de apoyarse unos a otros.
Definitivamente, la solidaridad de la industria cervecera en estos tiempos sólo nos recuerda que los productores artesanales siempre ponen por delante sus preocupaciones sociales, mientras que nos invitan a consumir de formas más responsables.
