El desayuno a nivel mundial es un momento clave que genera controversia por muchos elementos que lo rodean. Desde las porciones, alimentos y por supuesto, el horario. Desayunar sí o sí debe ser parte de la rutina, simplemente no hay opción de saltarlo; pero, esta comida sufre ligeros cambios de acuerdo a las costumbres de cada país. En esta nota, nos enfocaremos en los factores que ayudan a definir el rango de tiempo en el que el desayuno aporta de mejor manera al organismo.
Por: Desiree Perea
Desayunar es un momento clave del día
El organismo nunca descansa, incluso cuando estamos dormidos. No es sorpresa que a nivel mundial, el acto de desayunar se lleve el mayor protagonismo dentro de una rutina. Sin importar que tan ocupado esté el día, es crucial recompensar al estómago con alimentos desde las primeras horas. Algunas personas suelen no tener apetito por las mañanas, pero esto no quiere decir que deban quedarse sin comer.
La respuesta no es un número exacto para todos, pero diversos estudios permiten darnos una idea clara. El desayuno debe ser la primera comida del día y consumirse idealmente al menos una hora después de levantarse. Dependiendo de la rutina, lo recomendable es consumir los primeros alimentos del día entre las 7 y las 9 de la mañana.

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Son distintos los factores que ayudan a definir el horario correcto para desayunar. En primer lugar, destaca la sensibilidad a la insulina. Suele ser más alta por la mañana, y esto representa que el cuerpo aprovecha de mejor forma la glucosa para procesar los carbohidratos.
Por otro lado, es importante destacar que el no desayunar no siempre representa una práctica saludable. Todo depende del funcionamiento de cada organismo; sin embargo, es el momento del día crucial para llenar al cuerpo de energía para rendir hasta que llega el momento de la comida.
Actualmente se conocen un sinfín de técnicas o procesos como el ayuno intermitente. Si bien es una práctica común en distintos estilos de vida, aquí lo importante es guiarse de la mano de expertos. Decidir dejar de desayunar de un día a otro no es lo correcto, siempre debe seguirse un proceso.
¿Desayuno abundante o ligero? ¿Dulce o salado?
La oferta de alimentos para este momento del día es igual de abundante que la hora de la comida o la cena. Desayunar una orden de pancakes, un bowl de avena con fruta o una pieza de pan dulce con café es una decisión que no se toma a la ligera. Algunos días, es posible despertar con antojo de algo dulce; mientras que en otro momento únicamente hay espacio para platillos salados. Así de diversa es la oferta de desayunos a nivel mundial y no tiene nada de malo.
En México, estamos acostumbrados a un desayuno que puede reunir hasta 3 platillos; pero en otros países se limitan a una intensa taza de café. No es correcto decir que un estilo es mejor que otro, todo depende de las costumbres de cada país. A este factor, también es importante sumar la parte de la salud.

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Un desayuno cargado con azúcares y carbohidratos no es ideal para todas las personas. Definir un horario para desayunar es sumamente importante para seguir un estilo de vida saludable. Sin embargo, es una regla que no aplica de manera universal; la decisión final depende de objetivos, así como de actividades personales. A grandes rasgos, lo más recomendable es sí o sí iniciar el día con algo en el estómago. Un licuado puede parecer algo ligero, pero funciona para aquellas personas que no tienen tiempo para cocinar por la mañanas.
Traer el tema del desayuno a la conversación es algo que comúnmente genera controversia. Pero no tiene por qué seguir siendo así; la clave siempre es consultar la opinión de expertos para mantener al organismo en óptimas condiciones. Las porciones y el horario adecuado para desayunar siempre debe apegarse al estilo de vida propio.