Para millones de personas alrededor del mundo, la mañana no comienza hasta la primera taza de café. El aroma, el calor y el shot de energía que proporciona ha convertido a esta bebida es un pilar de la rutina diaria. Sin embargo, ¿qué tan positivo es este hábito? ¿El desayuno con café realmente es una buena decisión? La decisión aquí depende por completo de gustos personales; pero vale la pena conocer a detalle sobre los efectos a corto y largo plazo.
Por: Desiree Perea
Un buen desayuno siempre se complementa con café ¿si o no?
Para disfrutar de una impresionante torre de pancakes, un avocado toast o uno huevos benedictinos, una taza de café para acompañar siempre es bienvenida. Algunas personas consideran al café como una completa bomba para iniciar del día; sin embargo, la clave está en combinarlo inteligentemente. Lo primero que debes saber es que la cafeína y el hierro no son amigos; así se si piensas disfrutar de un desayuno donde predominan los vegetales de hoja verde, lo mejor es elegir otro tipo de bebida.
Si pasaste una mala noche, el café es la mejor opción para llenar a tus organismo de energía; sobretodo si las tareas en tu día requieren de toda tu concentración. Eso si, aunque puede ser un poco tardado, lo mejor es disfrutar de un café recién hecho; esto ayuda a mantener sus propiedades intactas.
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Aunque el café es una bebida reconocida a nivel mundial, no todos disfrutan de el y es completamente válido. El matcha y el té chai se han convertido en alternativas atractivas pues también son bebidas con cafeína; para los que inician el día desde temprano, renunciar al aporte energético no es negociable.
La popularidad del café con el desayuno esta respaldada por un sinfín de beneficios. Sin importar si prefieres platillos dulces o salados, esta bebida es el compañero perfecto. Lo mejor es disfrutarlo en su versión más simple; la intensidad y ligera acidez permite equilibrar de la mejor manera los sabores de los alimentos.
Con moderación todo funciona
Actualmente, el café se considera un elixir básico para iniciar el día. Para los amantes de esta bebida, eliminarlo del desayuno simplemente no es opción; no por nada, el desayuno con café es un combo de reconocimiento mundial. Más allá de la energía que aporta, el café en su forma más simple presume un aporte mínimo de calorías, además de que concentra una cantidad importante de antioxidantes.
Para aquellas personas que sufren de acidez o reflujo, el desayuno con café muchas veces es un sacrificio. El café por si solo es una bebida ácida, que si se acompaña con platillos grasosos o frutas ácidas, entonces se convierte en toda una bomba para el estómago. Para no sufrir tanto, la solución es agregar un poco de leche o bebida vegetal.
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Para muchos, el desayuno no está completo sin el aroma e intensidad del café, y no hay nada de malo con ello. Al final, la decisión depende por completo de la respuesta que tiene cada cuerpo frente a esta combinación. Iniciar el día disfrutando de un desayuno con café no es una mala decisión, sin embargo, vale la pena explorar otras opciones de manera ocasional.
Aunque esta bebida es favorita por el shot de energía de aporta, puede terminar por alterar otras áreas del cuerpo. El café no tiene por qué quedarse fuera de tu dieta; sin embargo, puedes dejarlo descansar de vez en cuanto y optar por tés, licuados o bien, aguas de fruta natural.
