Un plato de sopa o una buena rebanada de pastel pueden expresar más que una palabra o una frase. Si, la comida hoy ya es considerada como un lenguaje alterno con gran poder. Al igual que un libro o un pintura, las recetas, los ingredientes y hasta las técnicas, están completamente relacionados con experiencias, historias o recuerdos de quienes preparar un platillo.
Nada se compara con el momento en que disfrutamos nuestra comida favorita. Esta experiencia permite cambiar nuestro estado de ánimo gracias a distintos factores. A continuación, te contamos sobre el fascinante significado detrás de la comida y su efecto en las emociones.
Por: Desiree Perea
La química une a la gastronomía con las emociones
Si, por más sorpresivo que esto parezca, la ciencia está de por medio en esta conexión. El que la comida nos permita experimentar felicidad al instante está respaldado por los efectos en la función cerebral que tiene ciertos compuestos en los alimentos. La serotonina es un neurotransmisor crucial para regular el estado de ánimo, el sueño y el apetito.
Aproximadamente el 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino, es aquí donde esta conexión hace todo el sentido del mundo. Y aunque se produce de forma natural, algunos alimentos ayudan a aumentar su producción:
- Frutos rojos
- Chocolate
- Zanahoria
- Piña
- Té verde
- Frutos secos
- Queso
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La comida sí nos hace felices, pero es importante no confundir estos efectos para darle paso a una dieta desequilibrada. El que disfrutemos de un postre o de la comida chatarra no quiere decir esto deba ser la base de nuestra alimentación. Es crucial mantener una alimentación saludable para evitar que los efectos a nivel interno y externo se vuelvan negativos. Comer mal puede generar ansiedad, insomnio o trastornos alimenticios.
Hay que disfrutar de la comida más que nunca
La felicidad que la comida nos proporciona no es únicamente una cuestión bioquímica. Los factores psicológicos también juegan un papel importante. Los alimentos están profundamente arraigados con los recuerdos. De hecho, muchas veces solo es necesario oler un platillo para automáticamente transportarnos a un momento especifico de nuestras vidas.
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La oferta gastronómica a la que tenemos acceso actualmente es inmensa; aunque para algunos puede parecer abrumadora, tenemos que valorarla. La comida no tiene por qué representar un enemigo, al contrario, es un compañero que puede nos permite desempeñarnos de mejor forma durante el día.
El secreto está en aprender a escuchar a nuestro cuerpo, además de que debemos entender el poder del equilibrio. ¿Qué es lo mejor? Comer inteligentemente y de vez en cuando, disfrutar de los pequeños placeres que la comida tiene para ofrecer.
