En la vasta y rica cocina latinoamericana, dos de las preparaciones más populares son las quesadillas y las empanadas. A primera vista, pueden parecer similares debido a su forma y al hecho de que ambas contienen relleno dentro de una masa. Pero en realidad, son platillos bastante distintos en cuanto a ingredientes, preparación y hasta sabor.
En esta nota te contamos a detalle sobre la anatomía de las quesadillas y empanadas. Desde sus orígenes hasta las variaciones que existen hoy en día. Ambas recetas tienen mucho por ofrecer, por lo que no hay lugar para la discusión si una es mejor que otra.
Por: Desiree Perea
Elementos que identifican a las quesadillas
Dentro de las delicias gastronómicas que presume nuestro país, sin duda las quesadillas se mantienen como favoritas por muchas razones. En primer lugar, son fáciles de preparar y no requieren de grandes habilidades en la cocina. Este platillo se elabora tradicionalmente con tortillas de maíz (aunque en muchas regiones también se usan tortillas de harina). ¿El relleno? Fácil, el clásico es de queso. En este caso, el quesillo es la opción más popular.
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Pero no es la única opción, pues existen un sinfín de guisados que pueden incluir: champiñones, flor de calabaza, picadillo, tinga, mole, etc. La quesadilla se cocina generalmente en un comal o sartén hasta que la tortilla esté ligeramente dorada y el queso completamente derretido. En la capital, también se conocen las quesadillas fritas; estas se elaboran con masa fresca de maíz y se someten a fritura profunda.
Razones por las que las empanadas no son iguales
Ahora, en cuanto a las empanadas, a diferencia de quesadillas, estas requieren una masa especial que puede ser hecha de harina de trigo o maíz. El proceso de preparación de la masa es más tardado, ya que necesita ser amasada y extendida antes de ser cortada en discos para el relleno. El relleno varía ampliamente según la región, pero típicamente incluye carne, pollo, queso, mariscos, y en ocasiones, ingredientes dulces como frutas, frutos secos o untables.
La principal diferencia entre las quesadillas y las empanadas está en el cierre. Es decir, las empanadas se cierran por completo para poder contener el relleno al interior. Mientras que las quesadillas se mantienen abiertas de una orilla, pues comúnmente se agrega lechuga, queso fresco y por supuesto, una buena salsa.
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Por otro lado, otro factor crucial para diferenciar entre ambas preparaciones es el método de cocción. En las empanadas, al utilizar masa cruda se hornean o fríen por un tiempo más largo. De esta manera, se asegura una cocción uniforme y completa de la capa exterior.
Características que sí comparten las quesadillas y empanadas
Realmente no existe discusión alguna para decidir cual es mejor. Tanto las quesadillas como las empanadas pueden coexistir sin problema. Simplemente es cuestión de gustos y se eligen de acuerdo a practicidad. Si bien son preparaciones diferentes, también podemos encontrar factores en común. Por ejemplo, para ambas recetas lo mejor es utilizar guisados previamente cocinados, así se reduce en gran medida el tiempo de cocción.
Tanto las quesadillas y las empanadas se sirven en una especie de semicírculo, aunque las quesadillas suelen ser mucho más alargadas. Y gracias al método de cocción de cada una, mantienen un exterior crujiente, mientras que al interior resguardan un relleno suave y jugoso.
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Ambos platillos reflejan la diversidad y riqueza de la cocina latinoamericana, ofreciendo una variedad de sabores y texturas que satisfacen diferentes gustos y preferencias. Ya sea que prefieras una quesadilla rápida o una empanada sustanciosa y llena de sabor, ambos platillos tienen un lugar especial en la mesa sin importar el momento del día.