Los sandos son uno de los mejores representantes de la comida casual japonesa. No son exactamente street food; más bien apelan al concepto del pick up o grab and go.
La palabra sando, con la que comúnmente se llama a este alimento, es el diminutivo de “sandiochi”, que significa “sándwich” en japonés. La diferencia entre este platillo y los sándwiches que conocemos en el mundo occidental es el pan: los sandos están hechos con pan de leche, que es muy esponjoso y suave. Además no tienen orillas y, generalmente, son de un tamaño más reducido.
No te pierdas: Ronqueo, la técnica japonesa para conseguir cortes impecables de atún
¿De dónde vienen los sandos?
Su elaboración, además de la preocupación culinaria (es decir, que sepan rico), también implica una preocupación estética: los sandos se sirven cortados por la mitad y el relleno debe apreciarse, antojarse y estar bien montado.
Existe la versión de que este alimento, hoy parte de la cultura alimentaria japonesa, se popularizó luego de la ocupación norteamericana en Japón después de la Segunda Guerra Mundial; los nipones comenzaron a comer pan de leche como sustituto de arroz, que era más caro que el pan en esa época.
Hoy, este producto se encuentra tanto en los mejores restaurantes como en máquinas expendedoras que permiten a los japoneses pasar por su sando y comérselo mientras caminan hacia sus actividades diarias. Además pueden encontrarse en grandes cadenas y también en tiendas de conveniencia.
Tipos de sandos que amamos
Algunos de los más comunes son el soseji pan, que es un sándwich de salchicha que se hornea junto con el pan y se sirve frío. Otro es el katsu sando, relleno de chuleta de cerdo empanizada y acompañado con salsa tonkatsu, muy parecida a la salsa BBQ y con un sabor predominante a umami.
También ve: Lanzan vajillas para enaltecer la cultura Hñähñú, en Hidalgo
También acostumbran el korokke, un sando relleno de carne picada, y el ebi furai sando, que va con camarones empanizados. Hay opciones dulces; algunas de las más comunes son el de crema de cacahuate, el ichigo sado que se rellena de fresas y crema o el de frutas, que generalmente lleva fresa, kiwi y crema.
A veces los sandos se guardan en cajas llamadas bentos, palabra que se puede traducir como lunchbox. Ahí se transportan para que se mantengan frescos y no se dañen durante el trayecto.
Hoy, los sandos han traspasado las fronteras de Japón para comenzar a servirse en otros países, y son otra prueba más de la cualidad nómada de la cocina: tradiciones, técnicas y necesidades viajan a otras latitudes, en donde los alimentos se adaptan y se reinterpretan para después salir al mundo.