El molcajete es uno de los utensilios mexicanos que más podemos presumir como nuestro. Desde la época prehispánica, esta herramienta era fabricada originalmente con piedra volcánica. Ese es el auténtico molcajete, aunque en la actualidad puedes encontrar algunos hechos con cerámica, madera o barro. ¿Qué tanto sabes usarlo? En caso de que no tengas aún mucha relación con él, acá te decimos 5 puntos básicos que debes tomar en cuenta la primera vez que lo tengas en tus manos.
Por: Desiree Perea
En los pequeños poblados de nuestro país el molcajete es una herramienta de todos los días. Ahí aún se utilizan de manera cotidiana, incluso para preparaciones que implican grandes cantidades de comida. Existen de diferentes tamaños, justamente para poder moler mayor o menor número de ingredientes.
Como dato curioso, México cuenta con varios títulos dentro del libro de Records Guinness y este utensilio de cocina tiene uno. ¿Te imaginas cuál puede ser? En efecto: el más grande registrado en el mundo fue fabricado en Jalisco, específicamente en el municipio de Mascota. Así de emblemática es esta herramienta que puede convertirte en un experto en salsas hechas en casa.
1. Curar a la perfección un molcajete
En primer lugar y el paso más importante antes de utilizar el molcajete es curarlo. Este es un término popular que recibe el proceso previo, para dejar en óptimas condiciones el interior del cuenco, así como el tejolote.
Comienza por moler granos secos hasta lograr un polvo sin elementos oscuros. El polvo grisáceo significa que el molcajete aún desprende un poco de la piedra con la que está hecho.
Luego de moler los granos, retira todo el sobrante. Posteriormente también es posible moler chiles secos para ayudar al proceso completo. Finalmente, enjuaga completamente para retirar cualquier elemento picante que pudiera quedar y deja secar al sol.
2. Conocer el tejolote
La piedra que ayuda a triturar o moler los ingredientes en el molcajete lleva el nombre de ‘tejolote‘. Su forma es de un cilindro irregular, que tiene una parte más gruesa, que es la que va directamente en la base del molcajete.
La parte un poco más angosta sirve para tomarlo con la mano, para de esta manera poder manipularlo. Aunque a simple vista utilizarlo parece muy fácil, tiene su chiste. Incluso en la forma para moler los ingredientes, puede ser de atrás hacia adelante o de forma circular.
3. Espacio para cada ingrediente
Continuando con los tips, debes tomar en cuenta que la superficie útil del molcajete es un espacio pequeño. Por lo que la mejor recomendación que te podemos dar es la añadir los ingredientes poco a poco, para que cada uno pueda incorporarse de forma completa con el resto de la mezcla.
Como principalmente es utilizado para salsas o hacer polvo de chiles, no hay mayor problema con utilizarlo para diferentes preparaciones. Eso sí, en caso de hacer alguna salsa con poco o nada de picante, es mejor contar con dos recipientes para evitar que el sabor se quede.
Te podría interesar: 17 datos de la cocina prehispánica mexicana que no conocías
4. Encuentra una superficie firme
El chiste de este artefacto es el movimiento constante, que a su vez depende del tiempo e intensidad de triturado. De eso depende que obtengas pedazos más grandes o pequeños dentro de la salsa.
Pero si lo utilizas de manera frecuente, habrás descubierto que las muchas veces por la fuerza empleada, el molcajete se mueve de su lugar, haciendo que se derrame el interior. Para ello, existe un tip que no falla. Siempre ten cerca un trapo de tela mojado, para colocarlo en la base y encima acomodarlo.
5. ¿Qué va primero?
Los expertos en utilizar el molcajete dejan en claro el orden de los ingredientes a utilizar dentro del molcajete.
Comienza la parte de la sazón con la cebolla, ajo y sal (pimienta u otras especias en caso de ser necesarias). Después continúan las verduras, desde el producto más duro –como lo son los chiles– hasta los suaves como el tomate o jitomate cocido.
Te podría interesar: 5 utensilios emblemáticos de la cocina tradicional
Finalmente se agregan las hierbas, pues tienen más que nada un propósito aromático en la salsa. Ya que si se muelen demasiado, pueden generar un sabor amargo que arruine el resto de la preparación.