Aunque la infancia del diseñador Sket-One tuvo abundancia en juguetes, nunca terminaron de ser suficientes. “A los seis años de edad disfruté mucho de los Micronauts y más porque la tienda estaba dos pisos arriba de la oficina de mi papá”, nos contó el artista quien ahora no sólo ama los juguetes, sino que él está dentro de este mundo gracias a sus personajes materializados en vinil por KidRobot y Bearbrick.
Ripple es uno de sus personajes más icónicos ya sea en ilustración o en tercera dimensión siempre tiene alguna novedad ya sea por color o intervención. El éxito de Sket-One es darle la vuelta a las figuras coleccionables, un hit entre el gremio de diseñadores y relacionados al arte al tratarse de series limitadas e intervenidas por diferentes creativos.
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Los juguetes se ponen en la mesa
“El mundo del juguete de vinil está muy saturado, tuve que darle la vuelta y convertir el juguete en un producto de marcas auténticas que significaran algo en la vida diaria de la gente: jugo de naranja, chocolate, mayonesa y hasta los productos de limpieza que se han vuelto clásicos en los hogares estadounidenses”. comentó el también Dj´ y grafitero.
Además de la clásica que todo barrio chino debe tener, Sket-One ha creado con Dunny una serie de aderezos que están relacionados al comfort food y al american way -to eat al tener una alusión al sándwich de crema de cacahuate con mermelada, la triada perfecta para el hot dog de mayonesa, catsup, mostaza y la crema de avellana que él mismo bautizó como Sketella.
Siempre estoy en busca de marcas que signifiquen algo a la gente, eso que en cada cultura se inserta en comfort food. Pueden ser los muy ingleses frijoles Heinz, el cartón de leche estadounidense o bien, la sopa de tomate enlatada que compramos en cualquier rincón del mundo, finalizó.