Un tajine o tayín es un recipiente de barro para cocinar. También se le llama así al platillo que se elabora en ese recipiente. Es originario de Marruecos, aunque de igual forma se usa en otros países del Magreb.
Por: Andrea Vázquez Azpíroz
El tajine está compuesto por dos partes: un plato hondo y una tapa de forma cónica. El barro permite que el calor se distribuya de manera uniforme y que la temperatura a la que se cuecen los alimentos no sea muy alta; esto ayuda a que las cocciones sean suaves y prolongadas.
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La tapa cónica, que está completamente sellada, hace que el vapor de agua que se genera durante la cocción se quede dentro del recipiente; así, los alimentos están en contacto con el vapor todo el tiempo y, gracias a eso, pueden mantener su humedad.
En cuanto al platillo, se acostumbra prepararlo sobre todo con pollo y cordero. En ambos casos se acompaña con verduras como calabazas, zanahorias y papas, además de ciruelas caramelizadas y chabacano. A veces se cocina también con atún y otros pescados o, para los vegetarianos, existen las opciones sin proteínas.
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Generalmente el tajine de cordero se sazona con canela y azafrán y el de pollo con limón, aceitunas y una salsa de jitomate. Se aromatizan con especias, hierbas, agua de rosas o de azahar y almendras tostadas.
También hay opciones de tajine dulce, como el de frutos y miel. Aunque estas combinaciones son las más populares, las opciones son infinitas.
Fueron los bereberes quienes aportaron el tajine a la cocina marroquí; ahora, este platillo se sigue usando en su forma tradicional, pero también existen las versiones modernas.
Este platillo, y el recipiente en el que se prepara, es uno de los elementos más populares de la cocina tradicional marroquí. Además del tajine de barro, existen otros decorados que no son para preparar alimentos, sino para emplatar o para decorar.