La princesa Mononoke (1997) es quizás una de las películas más obscuras de Hayao Miyazaki. Después de haber hecho Mi vecino totoro (1988) y Kiki, entregas a domicilio (1987), ambas dirigidas claramente al público infantil, en La princesa Mononoke las escenas de violencia y la animación bastante más agresiva la vuelven una cinta más pesada. A pesar de ello, logró un éxito sin precedentes en la taquilla japonesa que con muy poco fue superado por Titanic (1997).
Por Alejandra Alfaro @alejalfa
En Estados Unidos, fue la primera cinta animada del Estudio que se distribuyó por Miramax, lo cual le dio un alcance aún mayor, pues las anteriores habían llegado únicamente al público “geek“. La recepción no fue tan buena como en su país de origen pero esto sirvió para darle mayor presencia mundial a Ghibli.
En la trama se da a conocer la preocupación de sus creadores por un mundo en el que convivan armónicamente el hombre y la naturaleza. Por una parte se presenta la modernidad (en el pueblo del acero donde las mujeres están al mando) y por otra, la tradición (la princesa Mononoke viviendo junto a los lobos en el bosque) con sus respectivos beneficios y desventajas.
Como comentamos en nuestro análisis anterior de Las comidas de Miyazaki: Kiki, entregas a domicilio, cada elemento que vemos en pantalla es importante y con la comida de las películas animadas no es diferente. En La princesa Mononoke únicamente aparecen dos platillos importantes.
El primero es el Kayu, también conocido como Gayu, una preparación tradicional hecha con arroz japonés (más ligero que el de otras culturas). De hecho, en las pocas escenas de comida se muestra lo importante que desde hace años ha sido consumir este ingrediente en Japón que se utiliza en cada comida del día. El protagonista, Ashitaka, quiere comprar arroz en una especie de mercado a cambio de una pepita de oro pero como no consigue comprarlo, Jigo, un monje, lo ayuda a conseguirlo y le prepara un kayu. En Japón hubo un periodo en el que el arroz se utilizaba como moneda para hacer trueques.
El Gayu es una especie de caldo pues el arroz se prepara en agua (muchas veces con caldo de pollo o miso) al que se le añade un poco de sal, a veces huevo revuelto y negi (una cebolla de primavera para dar sabor). En la película es bastante sencillo ya que no tienen más ingredientes a la mano, pero se le puede añadir huevas de pescado, salmón, jengibre o umeboshi (albaricoque japonés).
Ya que es muy similar a un caldo de pollo se le acostumbra a dar a los enfermos, ancianos o a los niños pequeños que están en transición de comidas líquidas a arroz sólido
Su trascendencia en Japón llega a tal grado que cada 7 de enero se come un nankusa-gayu, una variación que contiene siete hierbas. Se hace en esta fecha pues se cree que proteje de los demonios, propiciando la longevidad y la buena suerte para el año nuevo. Como es muy ligero también es costumbre consumirlo como un descanso para las comidas pesadas de las fiestas decembrinas.
Esta sopa sirve para dos cosas en la película: unir a ambos personajes en un mismo camino e indicar la maldición que un demonio ha puesto en Ashitaka.
La segunda comida es jerky, carne deshidratada de cualquier animal, marinada con alguna salsa picante, dulce o salada. Sirve como un acto de compasión que muestra Mononoke cuando Ashitaka es herido por una bala. Mononoke mastica la carne y se la da al inválido Ashitaka.
La ventaja de esta carne es que se puede conservar durante un periodo de tiempo muy largo y sin necesidad de refrigerar. Aunque es muy popular en Canadá y Estados Unidos, es una técnica milenaria para preservar los alimentos por lo que es pertinente su aparición en la película.
En Japón se venden como botanas en pequeños empaques de plástico. Su ligereza y alto contenido de proteínas hacen que sea un alimento muy utilizado por los astronautas.