Las migas, están elaboradas con pan laminado o migado. Es un plato de origen popular preparado con pan seco desmenuzado y frito en aceite o grasa junto a otros ingredientes. Se aromatizan con ajo, pimentón o hierbas aromáticas.
Por Mariana Frias
Historia de las Migas
Su origen se encuentra en las cocinas romanas de la antigüedad. Esta elaboración de pan mojado también es la base de otros alimentos, como las torrijas en el Imperio Romano. Las migas se conocían como gachas legionarias romanas, aunque no tenían el mismo aspecto que tienen hoy en día.
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Con la llegada de los musulmanes a la península, se aprendieron nuevas formas de cocinado y elaboraciones, lo que influyó en la manera en que se trataba el pan. Durante la reconquista, en Castilla se popularizaron las migas y las sopas de pan. Fueron un alimento básico para miles de familias, ya que era una elaboración sencilla y económica. Eran muy populares entre los agricultores y los ganaderos, y así nacieron las migas pastoriles.
Desde finales del siglo XIX, las migas se popularizaron aún más y se fue innovando su receta. Se empezó a añadir chorizo, huevo, patatas e incluso uvas, aunque siempre manteniendo la misma receta de base. En México, se trata de una preparación que, dependiendo de la región, se elabora con trozos de pan viejo, ajo picado, longaniza, chorizo o tocino, huevo y queso, todo cocido y servido caliente.
¿Qué platillos puedes hacer con ellas en diferentes culturas?
1.- Migas portuguesas
Corta el pan en trozos pequeños y remójalo en un tazón con agua y un poco de sal. En una sartén, añade aceite y los cinco ajos enteros. Retira los ajos y en ese mismo aceite, saltea un chorizo y la panceta. Una vez que tanto el chorizo como la panceta estén fritos, añade los trozos de pan y vuelve a poner los ajos. Cocina todo a fuego lento durante 25 minutos hasta que el pan esté suelto y dorado.
2.- Migas de pastor
Previamente, debes dejar el pan durante dos o tres días para que se seque bien. Córtalo en rodajas y colócalas en un tazón junto con el agua y un poco de sal. El pan debe humedecerse, pero no convertirse en una pasta. Después, pela cuatro ajos y fríelos en aceite de oliva. En el mismo aceite, fría la panceta cortada en tiras y cuando esté casi hecha, añade el chorizo cortado. Agrega una cucharadita de pimentón y revuelve para que no se queme. Luego, añade el pan y remueve con una cuchara de madera. Puedes acompañarlo con unas uvas verdes y un huevo frito.
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3.- Migas extremeñas
Previamente, debes cortar el pan en cubitos pequeños. Para hidratar las migas, tienes dos opciones: ponerlas en un recipiente con un poco de agua y sal o añadir la sal y el pimentón a las migas y mantenerlas toda la noche envueltas en un paño mojado. Después, en una cacerola grande, fríe el tocino o la panceta cortada en tiras. Utiliza la misma grasa que ha soltado la carne para dorar los ajos sin pelar. Luego, lava y pica el pimiento y añádelo al guiso hasta que se haya ablandado. Agrega las migas y dóralas sin dejar de remover. Finalmente, vuelve a añadir la panceta y mezcla bien todos los ingredientes.
4.- Migas sémola
Primero, echa aceite en una cazuela y fríe una cabeza de ajo sin pelar. Lava dos pimientos, límpialos de semillas y córtalos en tiras, y luego colócalos en la cazuela. Retira los ajos cuando estén listos, al igual que los pimientos. Aparta el aceite del fuego y añade dos vasos de agua. Agrega 500 gramos de sémola de trigo y la sal. Cocina durante aproximadamente cinco minutos sin dejar de mover, hasta obtener pequeñas bolitas de sémola. Acompaña con los pimientos fritos y trozos de morcilla, boquerones o sardinillas fritas.
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