Al momento de hornear, pasteles, panes o tartas, debemos tener en cuenta el tipo de harina que vamos a utilizar, ya que de esto depende que nos queden perfectos. Existen en el mercado diversas variedades, algunas (como la doble cero) sirven para elaborar pizzas o panes ligeros, ya que contienen hasta 9% de proteína.
Otras son ideales para repostería, tartas y galletas; la harina de fuerza es la que se hace del trigo duro y contiene más proteína, por eso se recomienda para panadería, ya que desarrolla gran cantidad de gluten.
Harina todo uso y repostería
La harina todo uso es la que encontramos en el mercado, la que usamos comúnmente y sirve para repostería, como para panadería. Sin embargo, existen recetas muy específicas que requieren otro tipo de harinas. Es por eso que en el mercado podemos ver algunas numeradas.
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La harina de todo uso es la más económica, debido a su proceso industrializado. Se usa en casi todo tipo de bizcochería y dependiendo la marca; la calidad varía bastante. Por ejemplo: para las galletas se recomienda mezclar, harina de repostería que es más fina, con todo uso, para que la masa quede suave y crocante.
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La harina de repostería o de flor, es la que se obtiene de la molienda sucesiva del trigo, es decir en un segundo proceso, esta es muy fina y aireada, lo que la hace perfecta para tartas y galletas.
Al ser una harina tan fina, la cantidad de proteína es menos, por eso se llaman harinas sin fuerza, es decir que casi no desarrollan gluten. Este tipo de harina se usa mucho en pastelería especializada.