Hoy, 16 de octubre, es el Día Mundial de la Alimentación, la fecha que perfecta para reflexionar sobre temas incómodos pero necesarios: hambre, desigualdad social, desnutrición y desperdicio de comida.
Estas son algunas cifras y acciones que debemos tener en cuenta para que en 10 años (de acuerdo a la FAO) logremos la meta de hambre cero y con ello una mejora en la vida de las personas y los recursos naturales.
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Una de cada nueve personas en el mundo padecen hambre
Además de la mala repartición de la riqueza, lo que aumenta el hambre en el mundo son los cambios climáticos y sus consecuencias en forma de sequías, inundaciones y ciclos agrícolas descontrolados.
La población infantil al sur de México es la más desnutrida
De acuerdo a la Tercera Encuesta Nacional de Alimentación y Nutrición, los estados más pobres, vulnerables y niños con retraso en su desarrollo son: : Guerrero, Yucatán, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Hidalgo, Quintana Roo, Guanajuato, Tlaxcala y Veracruz.
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Siete de cada diez personas en México padecen sobrepeso
Los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio son las principales causas de ello. Hay que decir que casi el 33% de la población sufre de obesidad.
Una manera de erradicar esto es con los nuevos etiquetados en la comida y así alertar a la población la cantidad de azúcar, carbohidratos y grasas saturadas que contienen los productos procesados como los refrescos, las papas fritas y galletas industriales.
Desperdiciar menos comida asegura la seguridad alimentaria
Al año se pierden más de la mitad de las frutas, hortalizas en el mundo, así como la cuarta parte de la producción de carne que no se consume. Aunque producimos suficiente alimento, la población sigue creciendo.
Es por ello que Máximo Torero, director general del Departamento de Desarrollo Económico de la FAO invita a evitar el desperdicio, sólo así habrá alimento disponible. Por eso, piensa bien que vas a comprar y sé responsable de aprovechar al máximo lo que tengas en tu refrigerador y alacena.
Reduce tu consumo de basura
La basura es un problema para la salud de los océanos (el hábitat de nuestros pescados y mariscos) y para el suelo. Usa desechables ecológicos, lleva tu propia taza a la cafetería y hasta tus plato y cubiertos de casa para evitar el consumo de plásticos y cartón innecesario.