Tagliatelle, macaroni, fettuccine, farfalle y más: la lista de formas de pasta es larga. Si bien puedes encontrar algunas a la venta en el supermercado, puedes tener una experiencia italiana en casa muy interesante. Realmente no existe dificultad detrás de la preparación de la pasta fresca y una vez lista, puedes elegir los vegetales, carnes y salsas para acompañarla. Aquí te dejamos algunos consejos básicos para que puedas lograr la masa perfecta.
Por: Desiree Perea
La versatilidad de la pasta fresca
Existen ciertas formas de pasta que se recomiendan con salsa cremosas, vinagretas o únicamente salteadas. La realidad es que cuando preparas pasta casera en casa puedes jugar con sabores, texturas y colores. Ya sea que elijas hacerla con mariscos, carne roja o hasta una versión vegetariana, con esta receta italiana puedes tener un menú dinámico para la semana sin problemas.
Pon manos a la obra y convierte a la pasta en una actividad interactiva para toda la familia. Estos son algunos consejos que puedes tomar en cuenta para preparar pasta en casa con la textura y sabor correcto.
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1. Harina y huevo en partes iguales
En primer lugar, la pasta fresca es realmente una receta muy fácil. Pero esto no quiere decir que se pueda hacer sin tomar en cuenta las medidas. Usualmente es mejor utilizar cifras cerradas para preparar recetas al doble o triple. En este caso, por cada 200 gramos de harina requieres 2 huevos completos y una yema. Si la masa está muy aguada, puedes añadir un poco de harina. En caso de no arreglarse, entonces tendrás que empezar desde cero.
2. Incorpora ingredientes poco a poco
Asimismo, recuerda que al hacer pasta fresca la paciencia es un factor que sí o sí se requiere. Por lo que tendrás que considerar prepararla con un par de horas de anticipación, ya que requiere de tiempo de amasado y reposo para activar el gluten. Si bien se necesitan sólo dos ingredientes, uno es sólido, mientras que el otro es líquido.
Con la harina, forma una especie de volcán, el espacio en el centro debe poder contener los huevos necesarios para la receta. Para este paso puedes ayudarte de un tenedor para ir incorporando la harina hacia adentro con la mezcla del huevo. Una vez que están semi incorporados los ingredientes, entonces puedes dejar el tenedor y utilizar por completo las manos.
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3. Sal en el agua, nunca en la masa
Al preparar la masa para la pasta fresca puedes pensar que es el momento correcto para sazonar, pero en este caso es diferente. Realmente la sal va a funcionar mejor en el agua, ahí es cuando la masa se impregna de la sal. Además, si incluyes salsas o aderezos, también ayudará al sabor de la pasta. La medida de sal adecuada es una cucharada por cada litro de agua.
4. Técnica de amasado
Para este paso debes preparar tu brazo, ya que, si no cuentas con una máquina para adelgazar la masa, el proceso deberá ser manual. Para ayudar a que los ingredientes se incorporen de manera completa, utiliza la parte base de la palma de mano. Y para lograr que sea lo más delgada posible se requiere de un rodillo. Coloca la masa en una superficie plana y con suficiente espacio, puedes esparcir un poco de harina para evitar que se pegue. El movimiento es del centro hacia afuera.
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5. Punto de cocción correcto
Finalmente, la cocción de la pasta fresca es uno de los pasos que requiere mayor atención para lograr el término correcto. Debes esperar a que el agua esté hirviendo para entonces comenzar a añadir la pasta. Requiere de un par de minutos, depende mucho de la cantidad de pasta. Recuerda no añadir tanta pasta a la olla, puesto que el espacio para mover se limita.
Existen dos señales para conocer que tu pasta está cocida, una vez que la pasta vuelve a la superficie y ya que está en dicha parte, el agua vuelve a hervir. Ese es el momento para retirarla del agua. Posteriormente puedes saltearla en un poco de mantequilla o en la salsa que hayas preparado previamente. El sabor de la pasta solamente cocida no es muy agradable, por lo que siempre considera un tratamiento para añadir sabor.