¿Conoces el ritual de té en Rusia? Aunque por lo general asociamos a este país con el vodka, el té tiene una gran relevancia cultural e histórica, además de que debido a las bajas temperaturas de la región su calor es indispensable.
Por Michelle López – @Mich_Lv
El té llegó a Rusia en 1638, cuando el Zar Michael Fedorovich recibió un obsequio de Mongolia, y rápidamente se transformó en todo un ícono cultural. No pasó demasiado tiempo antes de que Rusia estableciera un tratado con el resto de Asia para intercambiar tés por pieles.
Los rusos no suelen tomar té con las comidas fuertes, aunque eso sí, nada se interpondrá entre ellos y un té caliente a media tarde acompañado de pastelillos, o para convivir después de una fiesta, reunión, o celebración – beber té se convierte en un siguiente acontecimiento social, donde habrá galletas, pasteles, emparedados y conversación. También se bebe al final de una comida, tal como en México disfrutamos la sobremesa con una buena taza de café.
El té tradicionalmente ruso, o zavarka se hace a partir de hojas sueltas en un utensilio especial conocido como samovar. Esta herramienta prepara el té y puede servirlo directamente en tazas pequeñas, a las que se puede agregar agua caliente para suavizar el sabor a gusto personal. El samovar se ha transformado en sinónimo de hospitalidad y confort: la mayoría de las cenas familiares culminan con el samovar al centro de la mesa y todos reunidos para convivir al calor de esta bebida.
Otra variedad es el “Caravana Rusa”, cuyo nombre hace alusión a las interminables caravanas en las que el té viajada desde China o Mongolia hasta los hogares rusos. Pasaba tanto tiempo en transporte que las hojas de té se impregnaban del humo de las fogatas que hacían los comerciantes, lo que daba a la infusión final notas ahumadas. Hoy el Caravana Rusa pasa por un proceso de fermentación para emular ese sabor a humo.
En Rusia el té es versátil: puede ser frío o caliente, dulce o amargo, muy cargado o diluido, todo según la preferencia de quien lo bebe; también se le añade limón, azúcar, miel o alguna compota