El hojaldre es una de las masas más versátiles y populares en el mundo de la gastronomía. Su textura ligera, crujiente y capas distintivas lo convierten en el favorito para la preparación de múltiples platillos, tanto dulces como salados. Sin embargo, no todas las versiones son iguales. Existen diferentes tipos de hojaldre que varían en su preparación, ingredientes y uso. En esta nota, exploraremos los tipos más conocidos de hojaldre. Te explicaremos en qué se diferencian, sus ingredientes y las mejores aplicaciones para cada uno de ellos.
Por: Desiree Perea
¿Qué hace irresistible a los tipos de hojaldre?
Los relatos populares mencionan que el hojaldre tiene sus raíces en la cocina árabe; sin embargo, Francia es el país que perfeccionó la técnica moderna tal como la conocemos hoy. En la Edad Media, las capas de masa y mantequilla comenzaron a formar parte de las preparaciones culinarias de la nobleza francesa. La técnica detrás lo es todo, no cualquier experto puede presumir su dominio.
La masa de hojaldre se caracteriza por ser ligera y crujiente. Su preparación tradicional consiste en varias capas de masa y mantequilla que, al hornearse, crean una estructura de múltiples capas finas y separadas. La clave está en el proceso de doblado y estirado que permite que el aire y la grasa se alternen, creando esa textura única.
1. Común
Este es el tipo de hojaldre más común y utilizada alrededor del mundo. Consiste en una masa que se dobla repetidamente con láminas de mantequilla para formar múltiples capas. El proceso de elaboración es laborioso y requiere tiempo para que la masa repose entre cada pliegue, permitiendo que la mantequilla se mantenga fría y no se mezcle con la masa. Este tipo de hojaldre es ideal para preparaciones como:
- Croissants
- Milhojas
- Empanadas
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2. Invertido
Este tipo de hojaldre se elabora colocando la mantequilla en el exterior y la masa en el interior, lo que lo diferencia del clásico. Este método es un poco más complejo, pero produce un hojaldre aún más crujiente y con una laminación perfecta. Es ideal para postres finos o que requieren una presentación espectacular. Aquí la temperatura del ambiente es un factor importante, pues esto puede ayudar a que la mantequilla se derrita más rápido. Como tip básico, puedes colocar la masa por periodos cortos en el congelador antes de volver a manipularla.
- Palmiers
- Bocadillos salados o dulces
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3. Rápido
Para quienes buscan ahorrar tiempo, el hojaldre rápido es una excelente opción. La técnica reduce los tiempos de reposo y pliegue, mezclando la mantequilla directamente en la masa sin tanto proceso de laminado. Aunque no logra el mismo nivel de hojaldrado que el clásico o el inverso, es muy práctico y produce resultados bastante buenos para el uso diario.
Ideal para preparaciones diarias o para recetas que no requieren tanta textura. Por ejemplo, es una una buena elección para preparar botanas o bocadillos petite. Aunque la mantequilla se mezcla en conjunto, esto no quiere decir que la mantequilla deba derretirse. Es de suma importancia concentrarse en mantener la temperatura adecuada durante toda la preparación.
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El hojaldre es una técnica sofisticada y versátil que ha evolucionado a lo largo del tiempo; esto abre las puertas a variantes como el hojaldre clásico, inverso, entro otros. Cada una con su proceso, ingredientes y aplicaciones que lo convierten en un gran aliado en la cocina. Desde los croissants hasta las empanadas, el hojaldre se adapta a una gran cantidad de preparaciones.
Si bien preparar un hojaldre perfecto puede ser un desafío, el resultado final siempre vale la pena. Ya sea que busques un la versión crujiente para una tarta salada o uno más ligero para un postre delicado, cada uno de los tipos de hojaldre tiene su lugar en la cocina.