La sandía es la fruta estrella para enfrentar los efectos de la temporada de calor. Aunque muchos la consideran como exclusiva del verano, la realidad es que en México, comienza a a aparecer en el mercado desde abril. A simple vista, la pulpa se esconde detrás de una cáscara gruesa que realmente no revela mucho. De hecho, es el elemento que muchas veces dificulta la tarea de llevar una buena sandía a casa.
Al abrirla, o está muy madura o está completamente pálida, sin rastro de sabor ni dulzor. Claramente no es opción abrir la pieza al momento de comprarla, por lo que es fundamental aprender a elegir una sandía correctamente. En esta nota, te contamos sobre las señales que debes identificar para asegurarte de llevar una pieza en su punto óptimo de madurez.
Por: Desiree Perea
La práctica hace al maestro
A diferencia de otras frutas, la sandía es todo un misterio que requiere toda nuestra atención. Una vez que se corta, entonces se revela su punto de madurez; arrojando resultados perfectos o una completa decepción. La dificultad para elegir una buena pieza radica en que, una vez abierta, se corta el proceso de maduración. Por lo que si se encuentra una pulpa pálida y sin sabor, no hay marcha atrás.
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Una sandía madura no solo ofrece un mejor sabor, sino que también concentra la mayoría de sus nutrientes. Esta fruta es rica en antioxidantes, vitaminas A y C, así como en minerales como el potasio. Saber identificar una sandía lista para comer es esencial para disfrutar plenamente de esta fruta y obtener todos sus beneficios.
Factores clave para elegir una sandía madura
1. Mancha de tierra
Esta área siempre está presente al comprar sandías completas y es uno de los pilares en la evaluación de una pieza madura. La mancha en tierra es el área donde la sandía descansó sobre el suelo mientras maduraba en la vid. Cuando el color de esta mancha es amarillo cremoso o incluso un amarillo anaranjado, es indicativo de que ya está en un buen punto de madurez.
2. Color de la cáscara
El exterior de una sandía nos indica más de los podríamos imaginar. De hecho, es el elemento más importante para asegurar que llevas a casa una buena pieza. Es importante analizar a profundidad el color de la cáscara. Un verde oscuro opaco indica que ya está lista para comer. Algunas variedades pueden tener rayas más pronunciadas y contrastantes.

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3. Peso y sonido
Elegir una buena sandía, requiere del sentido del tacto, vista y oído. Este último debe entrenarse a través del tiempo; una pieza madura debe producir un sonido hueco, profundo y resonante. Esto indica que la pulpa está firme y llena de agua. Por otro lado, en cuanto al peso, debe tomarse en cuenta que una sandía madura debe sentirse pesada para su tamaño. Cuanto más peso tenga, mayor será su contenido de agua y más jugosa será.
Aprender a elegir una buena sandía no es algo que se aprende de la noche a la mañana. Además, es posible que estos factores tengan cierto margen de error. Sin embargo, es la forma correcta de evaluar una pieza que pueda asegurar una pulpa jugosa y con buen color al interior. Recurrir a estos consejos, puede salvarte próximamente de llevarte una mala sorpresa con esta fruta de temporada.