Al pensar en el menú de la cena de Navidad o Año Nuevo, el pavo suele ser la proteína que ocupar el primer lugar. Recurrir al horno convencional se convierte en el mejor aliado para cocinar a la perfección esta ave de gran tamaño, pero no es la única opción. En los últimos años, el pavo frito es cada vez más común. Este método combina precisión, potencia térmica, seguridad extrema que permite servir una carne jugosa y con gran perfil de sabor. En esta nota, te contamos todos los detalles que exige el pavo frito; desde los utensilios, la temperatura y las precauciones que no deben pasarse por alto.
Por: Desiree Perea
Controversia y discusiones infinitas que rodean al pavo frito
Si, por más difícil que se imaginarlo, el pavo frito es una realidad. Su historia no están antigua como otras técnicas, y fue en Estados Unidos donde se preparó por primera vez; de hecho, es el lugar donde más se recurre a este método de cocción por un tema de practicidad. Conocer esta idea sin duda causa conflicto, una de las primeras preguntas que surge es, ¿realmente se la carne se cocina por completo? La respuesta es si, es la razón que respalda con mayor fuerza al pavo frito.
El peligro que representa el aceite caliente hace que esta técnica se mantenga altamente respetada. No cualquiera se atreve a cocinar alimentos con una fritura profunda, y mucho menos una pieza de carne de gran tamaño. Usualmente, este tipo de cocción se ejecuta en el exterior: patio trasero o frontal. Esta regla es básica para evitar accidentes en la cocina.
Te podría interesar: 5 combinaciones irresistibles para los pancakes del desayuno
También es importante mencionar que se requiere de equipo específico, como una olla de acero inoxidable. Esta debe tener gran capacidad, para 25 o 34 litros mínimo. Asimismo, un termómetro de cocina es crucial para asegurarse de que el aceite alcanzó la temperatura correcta. Contar con un gancho o canasta es crucial para poder sumergir y retirar el pavo una vez que termina su cocción.
Para muchas personas, preparar pavo frito es una opción impensable por el peligro de lidiar con aceite caliente. Si bien es importante tomar precauciones, no tiene por qué intimidar.
¿Realmente es mejor cocinarlo con esta técnica?
Optar por freír en lugar de hornear el pavo está respaldado por razones atractivas. Al cambiar la forma de transferir el calor, el efecto en las proteínas y la humedad de la carne se ve altamente beneficiada. En primer lugar, es importante hacer énfasis en la temperatura del aceite; para el pavo frito, este líquido graso debe mantenerse a una temperatura mínima de 175 ºC y máximo 185ºC.
Al someter la pieza cruda al calor extremo, la superficie exterior se sella al instante. Gracias a esto, la humedad natural de la carne se mantiene atrapada en el interior. Para un pavo de 5 o 6 kilos, el tiempo de cocción se alarga por máximo 45 minutos; un abismo de diferencia frente al horneado, donde tarda más de 5 horas.

Te podría interesar: Jugo de naranja: pros y contras de beberlo en el desayuno
No está de más señalar que para el pavo frito, también es importante inyectar la carne. Para esta técnica es mucho más importante pues al someter la pieza en aceite, el adobo o sazonador externo termina con caerse por completo. Optar por este método de cocción no es incorrecto, ni tampoco es mala idea; sin embargo, no hay que olvidar que requiere de muchos más cuidados.
Servir un pavo horneado jugoso y lleno de sabor es posible, pero requiere de paciencia para lograrlo. Es por ello que el pavo frito se ha convertido en una alternativa popular, permite ahorrar tiempo y no se sacrifica el sabor. Como todo en la cocina, es crucial contar con el equipo adecuado para poder ejecutar esta técnica sin riesgo alguno. Así, podrás servir una pieza dorada en el exterior, mientras que internamente, la jugosidad se aprecia en cada corte.





