Uno de los postres italianos más populares se prepara únicamente con tres ingredientes. La panna cotta es un platillo cremoso y con textura gelatinosa que puede prepararse con notas frutales. Es una preparación popular en toda Italia, se puede encontrar en restaurantes y cafés de todo el país. A continuación, te contamos sobre su origen, así como algunas formas de prepararla.
Por: Desiree Perea
¿Cómo se prepara la panna cotta original?
El origen de la panna cotta no se conoce de manera puntual. Sin embargo, existen relatos populares que brindan una idea sobre la primera vez que se preparó. En cuanto al lugar, se cree que se originó en la región de Piamonte, en el norte de Italia.
El nombre “panna cotta” significa “nata cocida” en italiano. La lista de ingredientes de este postre es sencilla. De hecho, comparte ciertas similitudes con el flan, las natillas y la gelatina. Unicamente se requiere nata, azúcar y algún factor gelificante como el agar agar o la grenetina.
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Aunque estos últimos elementos durante el siglo XVIII se obtenían del pescado o del cerdo. La región de Piamonte se caracterizaba por su alta producción de leche. Y más allá de venderla como bebida, el excedente aún era mucho. De esta manera, fue en un hogar donde una ama de casa puso manos a la obra para crear la panna cotta.
Aunque por su nombre se entiende que requiere un tipo de cocción, la realidad es que no. La grenetina es la encargada de solidificar la mezcla de nata, azúcar y vainilla. Para integrar de la mejor manera los ingredientes, lo mejor el calentarlos ligeramente en una olla. Además, es posible ayudarte de una batidora e incluso, de la licuadora para incorporar por completo la grenetina y así evitar la presencia de grumos.
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Evolución de este postre italiano
Siempre es bueno probar la versión original de un platillo si es la primera vez conociéndolo. Sin embargo, al compartirse con otros países, las nuevas versiones no tardan en presentarse. Es por ello que la panna cotta se prepara de diferentes maneras.
Si bien no cambia la parte cremosa con la nata, así como la textura ligeramente firme, existen otros agentes que pueden convertirla en una receta propia. Por ejemplo, es posible utilizar diferentes esencias o jarabes para darle un sabor diferente a la base.
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Finalmente, la panna cotta tiene un acompañante por excelencia, los frutos rojos. Comúnmente se añade una salsa, mermelada o compota de frutos rojos para aportar notas ácidas frente al dulzor de la vainilla y el azúcar. Sin embargo, podemos encontrar otras frutas que también comparten este factor. Por ejemplo, se puede preparar una mermelada de kiwi, maracuyá, mandarina o piña.
