La categoría de sándwiches presume una versatilidad que es difícil de describir. En México, las tortas son la aportación que se ha ganado el corazón de todos los que las prueban. Sin embargo, en esta nota, nos enfocaremos en una joya gastronómica que podemos agradecerle a Puerto Rico: el jibarito. Con solo leer su nombre, no hay forma de imaginarlo. Sin embargo, parte de su éxito es un cambio pequeño pero con gran importancia, el pan no es requerido en esta receta. Es completamente posible y de hecho, gracias a esto es todo un éxito.
Por: Desiree Perea
El controversial origen del jibarito
¿Puerto Rico o Chicago? Por más sorprendente que parezca, estos son los dos lugares que saltan a la conversación cuando se habla del origen de este ícono de la cocina puertorriqueña. Lo que si podemos asegurar por completo es que el jibarito es una creación que nació de la creatividad de un boricua orgulloso. Jorge Muñoz es la persona a la que podemos agradecerle esta extraña pero atinada combinación.
La creación del jibarito partió de una casualidad en su máxima expresión. Jorge era dueño de un pequeño local donde la especialidad eran los sándwiches. Un buen día, el pan se terminó antes que el resto de los ingredientes; y lo único que tenía disponible era plátano macho ligeramente verde. No es sorpresa que esta fruta se combine con ingredientes salados, por lo que no dudaron en cortar rebanadas gruesas, freirías y colocarlas para contener el relleno.

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Aunque es un platillo difícil de imaginar, lo cierto es que el jibarito fue todo un éxito desde el momento en que se sirvió; tanto que esta receta viajó con inmigrantes puertorriqueños que se instalaron en Chicago. Fue aquí donde se bautizó con este nombre, con el objetivo de rendir homenaje a los campesinos que permiten acceder a una impresionante variedad de ingredientes frescos.
¿Qué más lleva este peculiar sándwich?
Sin duda la presencia del plátano macho es lo que más sorprende dentro de la anatomía de jibarito, pero no es el único elemento involucrado. ¿Qué seria de un buen sándwich sin un relleno abundante? Esta receta se rellena tradicionalmente con un filete de res completo; si, no se deja ni una sola porción fuera. Se marina en una mezcla de ajo, orégano, comino y vinagre; después se cocina lentamente para que quede jugoso.
Esta carne logra el contraste perfecto con el dulzor del plátano. El jibarito es uno de esos platillos que prácticamente se desborda y aunque resulta complicado dar la primer mordida, esto es parte de su magia. A la carne se suma queso blanco (provolone o manchego), lechuga, jitomate, cebolla morada y alioli.

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Una vez que está armado el sándwich, no debe pasar mucho tiempo para empezar a disfrutarlo. El tiempo es el factor más importante; aunque el relleno no es muy húmedo, el plátano frito pierde su textura crujiente fácilmente. Para disfrutar del jibarito, no hay más que olvidarse de la reglas de etiqueta; no se requieren cubiertos, con un par de servilletas es más que suficiente.
La cocina boricua tiene un sinfín de platillos que se presumen con orgullo. Justamente el jibarito es uno de ellos; en él se combina lo mejor de dos mundos: salado y dulce. Aquí se ha demostrado que el pan no es un requisito indispensable para crear un sándwich memorable. Ya sea en su forma clásica con bistec de res, en versiones con pollo, cerdo o mariscos, el jibarito sigue siendo un recordatorio de que en la cocina, el límite no existe y no hay nada malo con ello.