El vino de hielo o ice wine, es un tipo de vino de postre producido a partir de uvas que se han congelado naturalmente en la vid. Este método de producción da lugar a un vino excepcionalmente dulce, debido a la concentración de azúcares y ácidos que ocurre cuando el agua en las uvas se congela y se separa del jugo durante el prensado. Este vino es único y te contamos por qué deberías probarlo ya.
¿Cómo identificar un Ice wine de calidad?
La producción de vino de hielo requiere un clima específico donde las temperaturas bajen al menos a -8°C. Al mismo tiempo, no puede ser tan frío como para dañar o hacer que las uvas no se puedan cosechar. Esto generalmente ocurre en regiones con inviernos fríos como Alemania y Canadá.
Alemania es lugar de nacimiento del Ice wine. Al día de hoy continua produciendo vinos de hielo de alta calidad, especialmente en las regiones de Rheingau y Mosel. Canadá también es uno de los principales productores mundiales de vino de hielo. Los inviernos fríos del país proporcionan condiciones ideales para la producción de vino de hielo, especialmente en Ontario y Columbia.
Las variedades de uva comunes utilizadas para el vino helado incluyen Riesling, Vidal Blanc, Cabernet Franc y Gewürztraminer. Las uvas deben poder soportar temperaturas extremadamente frías, pues cada variedad aporta sabores y características únicas al vino terminado.
Características del Ice wine
Los vinos de hielo son conocidos por su intensa dulzura equilibrada por una alta acidez, lo que evita que el vino sea empalagoso. A menudo tienen sabores a frutas tropicales, miel, albaricoque y melocotón.
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El Ice wine generalmente tienen un contenido de alcohol más bajo en comparación con otros vinos, usualmente entre el 6% y el 12%.
Debido a su dulzura, el Ice wine, o vino de hielo, combina bien con postres, especialmente aquellos con frutas, natillas o tartas de queso. También puede complementar platos salados con sabores ricos, como el foie gras o quesos fuertes como el queso azul.
