Es mucho lo que se dice sobre el germen de ajo: que si provoca indigestión, que si potencia el sabor del ingrediente, que si provoca agruras y acidez. Lo cierto es que es una parte del ajo que sin duda tiene importancia al momento de cocinar. Hoy te contamos qué tan seguro es comerlo.
Cocinar con o sin germen de ajo
¿Habías escuchado hablar del germen de ajo? Por si aún no lo sabías, se trata de una cápsula (y su correspondiente tallo hacia el exterior) que crece dentro de los ajos cuando son viejos. Muchos también lo llaman “corazón de ajo”. Y sí: son totalmente comestibles.
De entrada y para dejarte más tranquilo: comerte el germen de un ajo no es peligroso. La única salvedad al respecto sería que fueras alérgico al ingrediente o que sufrieras de algún problema de salud para el que se encuentre prescrito.
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Ahora bien, aunque como tal no es tóxico cuando se le consume en cantidades moderadas, sí hay cosas que saber sobre su manejo en la cocina.
¿Cura la indigestión?
Hasta el momento, no hay evidencia científica que pruebe que retirar el germen de ajo del ingrediente asegure que no tendrás indigestión al comerlo. La indigestión puede depender de muchos factores, pero hasta ahora nada indica que el ajo esté relacionado o no con ellos.
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Lo que sí es real, es que el germen de ajo funciona como un potenciador del sabor del bulbo y, por lo tanto, de todo donde se le utilice con fines culinarios.
Si abres un ajo viejito y ves un germen grande, significa que tiene mucho tiempo de haber madurado en su plenitud. En ese momento estás en posibilidad tanto de quitarlo, como de mantenerlo en su preparación.
En el caso de que lo dejes, el sabor a ajo de la preparación será mucho más potente. Si lo retiras, lo más probable es que sea lo contrario. Así que está en ti lo que decidas para tu próxima receta con ajo. ¿Te gusta la idea de sentirlo más o menos intensamente?