Encontrarse con estos productos lácteos en el supermercado ya no es sorpresa. El yogurt se ha convertido en un alimento básico dentro de la despensa. Sin embargo, dentro de esta categoría, surge la duda entre si elegir el yogurt griego o la versión normal. Aunque ambos se elaboran a partir de la leche, existe un paso clave extra que hace toda la diferencia.
Este ligero cambio, genera efectos hasta en los usos culinarios ideales de cada uno. A continuación, te compartimos sobre los elementos que hacen diferentes a cada versión. Si estás decidido a probar el yogurt griego, esta nota te ayudará a aclarar todas tus dudas.
Por: Desiree Perea
1. Más proteína
En primer lugar, vale la pena destacar que el yogurt griego, al ser un producto lácteo, es una importante fuente de proteína. De hecho, elegir esta opción es ideal pues su aporte es el doble de lo que se encuentra en la versión normal. Este beneficio ha logrado que su preferencia haya aumentado considerablemente. Aquellas personas que llevan un ritmo de vida activo o los deportistas, logran aumentar la masa muscular con ayuda de este alimento.
2. Proceso de filtración
Aunque ambos se elaboran a partir de la fermentación de la leche con cultivos bacterianos, existe un paso durante el proceso que marca la diferencia. El yogurt normal se enfría y se envasa una vez que finaliza la fermentación. Sin embargo, el yogurt griego se somete a una filtración con el objetivo de eliminar el líquido extra. Esto da como resultado un producto más espeso y cremoso, con un sabor más ácido y menos dulce.
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3. Textura y sabor
En el yogurt normal, el nivel de dulzor suele ser predominante. Al no eliminar el líquido extra que se forma durante el proceso, en este producto el punto de acidez se reduce considerablemente. Además, dentro de la oferta es posible encontrar opciones saborizadas con fresas, pasas o hasta nueces. En cuanto a su textura, es mucho más ligera que el yogurt griego; incluso es posible encontrar versiones bebibles.
4. Usos culinarios
Enfocándonos en el yogurt griego, su textura espesa lo convierte en una base excelente para dips, salsas cremosas o para preparar aderezos para ensaladas. Para aquellos que buscan cuidar de su alimentación, es ideal como sustituto de crema agria o mayonesa en diversas recetas. Dentro de la cocina dulce, puede ayudar a mejorar la consistencia de postres cremosos (cheesecake, mousses o gelatinas).
En cuanto al yogurt normal, es la elección más inteligente para añadir a smoothies o licuados. También es un clásico acompañamiento para cereales, frutas y miel. Al ser ligeramente más dulce, puede equilibrarse muy bien con cítricos o frutos rojos.
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Tanto el yogurt griego como el yogurt normal son alimentos nutritivos, de eso no hay duda. Sin embargo, el proceso de filtración extra que parece inofensivo, hace la gran diferencia. Si estás cuidado tu consumo de azúcar, lo mejor es el yogurt griego. Mientras que la versión normal, puede ayudarte a añadir un toque dulce a tus desayunos o postres. Ambos que pueden formar parte de una dieta equilibrada.
