Un postre ligero, refrescante, que mantiene un perfil bajo, podríamos decir que es la forma en que el pavē se presenta. Si, por sus marcadas similitudes, casi siempre es comparado con otro grande de la repostería, el tiramisú. Sin embargo, vale la pena hacer énfasis en lo que cada una de estas delicias dulces tiene que ofrecer. A continuación, te contamos sobre los ingredientes y preparación que han dirigido hacia el camino del éxito al pavē.
Por: Desiree Perea
El pavē mantiene su identidad intacta
La sencillez de este postre brasileño lo ha llevado a ganarse un lugar especial en miles de hogares. Más allá de ser un simple postre, es uno de esos platillos dulces reconfortantes que se sienten como un abrazo al corazón. Nada se compara con la experiencia de degustación de un pavē casero.
Analizarlo a profundidad vale completamente la pena. En primer lugar, tenemos que mencionar a las galletas, uno de los pilares de este postre. Tradicionalmente, se prepara con galletas de maicena o galletas María. Si, al igual que el tiramisú, las galletas se remojan; en este caso, para mantener al postre suave, se utiliza leche.

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Para armarlo, lo ideal es utilizar un refractario cuadrado con buena altura; en la parte más baja se coloca una cama de galleta humectadas. Para añadir cremosidad, el relleno estrella del pavē es la crema de leche condensada. Esta es la versión tradicional y más simple; sin embargo, no ha impedido que se hagan ligeros cambios.
A este relleno cremoso es posible añadir mermelada de fresa, durazno, limón, maracuyá, entre otros. Dependiendo del número de invitados, el pavē puede alcanzar entre 6 u 8 niveles. La capa final se cubre con ganache de chocolate o galletas trituradas.
¿Cuál es la mejor forma de disfrutar este postre?
Sus ingredientes hacen que el pavē sí o sí sea un postre fresco. No requiere de un proceso de horneado, ni de un procedimiento largo, estos factores son parte de su magia. Eso sí, la paciencia es clave. Un pavē bien frío y reposado no solo tiene mejor consistencia, sino que sus sabores se asientan y se integran mejor.
Una vez listo, lo mejor es colocarlo al centro de la mesa y disfrutarlo en compañía. A diferencia de otros postres que se acompañan con café o té, el pavē sabe mejor acompañado de licores digestivos.

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Compararlo directamente con el tiramisú italiano es algo inevitable. Sin embargo, cada uno mantiene una historia y esencia propias. El pavē es sin duda una de las muchas creaciones que hoy puede presumir la gastronomía brasileña. Aquí, no todo se trata de los cortes de carne o los cocteles refrescantes; la cocina dulce también mucho que presumir.
Así, el pavē es reconocido como un grande de los postres brasileños. Su sencillez no tiene por qué engañar; pues es una preparación profunda donde los pequeños detalles marcan la diferencia. Es una de esas recetas que no es difícil de replicar y que puede sacar del apuro a cualquiera.