A simple vista, es imposible ignorar a las cerezas Maraschino. Mantiene un lugar especial dentro de la categoría de postres pues usualmente se aprovecha como elemento decorativo. Aunque a veces se abusa de esta función, la realidad es que detrás de esta fruta existe una historia y procesos realmente interesantes. A continuación, te contamos sobre la importante presencia de este elemento dentro de la cocina dulce internacional.
Por: Desiree Perea
El fenómeno mundial en que se han convertido las cerezas Maraschino
La llamativa presentación de las cerezas Maraschino ha provocado que su origen esté rodeado de controversia. Aunque parece sorprendente, estas frutas en conserva si parten de frutas naturales; la especie que se aprovecha es conocida como cereza marasca. Es una variedad muy conocida en Europa; crece principalmente en Croacia y en regiones al norte de Italia.
El licor Luxardo marasca o Maraschino se obtiene precisamente al destilar el jugo obtenido de este tipo de cerezas. Para alargar el periodo de vida de la fruta, las personas recurrieron a la conservación en el licor. Se pueden utilizar distintas variedades; el color rojizo y brillante se logra gracias a que las cervezas frescas se dejan macerar por días.

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No hay forma de confundir las cerezas Maraschino, sin importar el lugar donde se encuentren. La técnica de preparación se ha replicado a nivel internacional, sin embargo, también se puede ejecutar en casa. Es crucial realizar la conserva en recipientes de vidrio para evitar la reproducción de bacterias.
Tradicionalmente, las cerezas Maraschino cumplen una función decorativa, pues su nivel de dulzor es alto. Pero su potencial no tiene por qué verse bloqueado; desde su color, hasta su sabor y textura pueden aprovecharse al máximo.
Más allá de su función como decoración final
La evolución de las cerezas Maraschino es realmente fascinante. En algún punto de la historia, solía abusarse de estas frutas como elemento decorativo, hoy se utilizan de manera inteligente y mucho más delicada. Uno de sus grandes atributos es sin duda el color intenso bajo el que se presentan; gracias a ello, son el mejor elemento para terminar un desde un helado o mousse, hasta una malteada o cupcakes.

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Fuera de la categoría de postres, las cerezas Maraschino mantienen un lugar especial en la coctelería. El icónico Manhattan o el Old Fashioned no serían lo mismo sin este elemento antes de presentarlo terminado. De hecho, aquí no solo se aprovecha la fruta, sino también el jarabe; además de añadir el dulzor justo, también agrega un toque color único.
La presencia de las cerezas Maraschino no es coincidencia en la gastronomía actual. Su proceso de elaboración se mantiene intacto en su lugar de origen, y al degustarlas, las diferencias se identifican prácticamente al instante. La calidad de la fruta fresca es crucial para asegurar un buen resultado final, sin recurrir a endulzantes o colorantes artificiales. Hoy, las cerezas Maraschino presumen reconocimiento a nivel mundial.
