A unas cuatro horas de la CDMX podemos encontrar uno de los estados con gran riqueza culinaria. Para los amantes de la carne, la cecina es un corte que tiene un lugar especial por su suavidad e interior jugoso. Y aunque se encuentran como si fuera una especie de bistec, aquí te presentamos una versión diferente que no decepciona. En esta nota te contamos sobre que hace tan especial a la cecina auténtica que se sirve en la ciudad de León, Guanajuato.
Por: Desiree Perea
Anatomía de la cecina frita de León
Este tipo de carne es popular en el centro de la República. Por ejemplo, Morelos se ha posicionado como el estado líder en dominar la producción de la cecina. Es posible encontrar la versión natural, donde se aprecian las notas saladas. Sin embargo, también se prepara con una especie de adobo para darle un ligero toque picante. Se diferencia puesto que se presenta con una colocación entre rojiza y anaranjada.
Pero esto no quiere decir que sea el único estado en México que domine la preparación de la cecina. Por que sí, para preparar esta carne delgada y salada se mantiene un proceso tradicional desde el rebanado hasta el secado para obtener una carne suave.
En el caso de Guanajuato, en específico la ciudad de León domina una preparación particular de la cecina que la hace una botana preferida para compartir al centro.
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Si bien las porciones de cecina deben ser delgadas, aquí llevan esta característica un nivel más arriba. Cada filete suele golpearse con un mazo pequeño de metal, para lograr el grosor de una hoja de papel. De esta manera, se obtienen porciones muy delgadas que posteriormente se someten a una fritura profunda. Suele realizarse en manteca, para lograr un mejor sabor.
Una vez que sale la cecina, se logra una textura crujiente. Como una especie de chicharrón muy fino. Así se sirve en porciones grandes que se funcionan muy bien para compartir al centro. Es posible añadir unas gotas de limón y salsa al gusto. Incluso se puede servir con guacamole como una especie de dip o untable.
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La gastronomía que habla por la historia de un lugar
Explorar nuevos lugares siempre es grato para ampliar nuestra perspectiva. Cada lugar puede presumir especialidad que sí o sí deben degustarse en el lugar de origen. Esto claramente no sólo ocurre en México, pero la gastronomía mexicana se ha ganado un lugar especial tanto en locales como extranjeros. Algunos pueden preferir notas picantes, dulce, ácidas y, por qué no: una combinación de todas.
Y es que la gastronomía también es una especie de lenguaje. En él, los ingredientes, utensilios y técnicas forman parte de su riqueza. Es por ello que se necesita tiempo para conocer sobre aquellos de la mano de los locales. No hay mejor manera de explorar los sabores que de la mano de expertos que buscan mantener vigente su legado gastronómico.
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Es así como la cecina frita de León se ha convertido en todo un icono dentro de la gastronomía mexicana. Es una buena opción para elegir como entrada y abrir el apetito. O bien, funciona como un elemento crocante para añadir a tacos, fusionando dos texturas de una misma carne. Si no la has probado, nunca es tarde para descubrir nuevas propuestas culinarias tradicionales.