No es ningún secreto que una de las principales pruebas de la desigualdad social está en la alimentación – obesidad, desnutrición, escasez. Pero nunca es esta inequidad tan visible y palpable como en El Hoyo, la cinta española que triunfó en los festivales europeos y aseguró su lanzamiento en Netflix, plataforma a la que llega esta semana.
¿De qué trata esta cinta? Nos encontramos en una prisión que física y socialmente tiene una estructura lineal. La cárcel es simplemente un piso encima del otro, y atravesándolo todo está el susodicho Hoyo: una abertura en el centro de cada nivel a través de la cual se sirve un banquete que comienza en el nivel Uno hasta llegar al último.
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¿El truco? Desde el momento en que se sirve no vuelve a rellenarse, así que los presos de cada piso deben comer las sobras de los presos en el piso superior. Así las cosas, los reos del piso 48 comen lo que otras noventa y cuatro personas les han dejado en esa mesa. ¿Y los del nivel 200? Pues… Nada en especial determina el piso que los prisioneros ocupan: un mes pueden estar en el nivel 11, y al siguiente en el 78.
Naturalmente lo que sigue es un espectáculo de cuán bajo puede caer el ser humano, y cuán cruel puede ser hacia otros. Te recomendamos no comer antes de verla, pues te aguardan secuencias gráficas y escatológicas hasta que el precepto general de la supervivencia del más fuerte rebasa la pantalla y aplica para el espectador. Abunda la tensión psicológica, exacerbada porque la mayoría de la trama ocurre en lugares cerrados.
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No esperes que El Hoyo sea un deleite para tus sentidos. Muchas escenas, incluso los close ups más delicados de pasteles, langostas, y caracoles exquisitamente preparados recuerdan ante todo a El Perfume, con otras tantas influencias de Das Experiment. Es una buena película para ver si cuando te sientes mal te reconforta saber que alguien más lo está pasando peor, o si te gusta el gore o las repentinas reflexiones casi filosóficas. Pero si deseas horror de calidad, tendrás una mejor inversión de tiempo con Midsommar (¡Florence Pugh!), Us, o Get Out.
Si buscas algo genuinamente culinario en Netflix, éstas son las series que no debes perderte:
Street Food
Recorre las calles de Asia con los habitantes que integran ese universo culinario. Imagen: Netflix
La nueva generación en la realeza de series gastronómicas en Netflix. En su primera temporada recorre la cultura de la comida callejera en diversas ciudades asiáticas, como Bangkok, Tailandia, Osaka, y Ho Chi Minh.
Salt Fat Acid Heat
La comida se disfruta y se vuelve un serio objeto de estudio. Imagen: Netflix
Acompaña a la chef Samin Nosrat en un viaje alrededor del mundo para deconstruir elementos básicos de la cocina: sal, ácido, calor, y grasa. Desde la cultura de los cítricos en Yucatán hasta paraísos de queso y aceite de oliva en Italia, no habrá parte de tu paladar que no quede complacida.
Chef’s Table
¡Olvera! ¡Bottura! ¡Roca! Imagen: Netflix
Un clásico que no pasa de moda.
Queer Eye
Nuestras vidas necesitan desesperadamente la alegría de Queer Eye.
En esta divertida y reconfortante serie, la comida es uno de los elementos que nos llevan al bienestar completo, empezando por estar bien con nosotros mismos. Deja que Antoni Porowski (y una extraordinaria compañía) te enseñe a cocinar, maridar, ir al súper, pero sobre todo a reconectar con la comida como profunda muestra de amor… propio.
Por nuestra parte, estaremos en un ritual de purificación que incluye múltiples visitas a Frozen II. Si ves El Hoyo y te gusta, avísanos: siempre es bueno saber con quién mantener una Sana Distancia.
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