El mangostán, jobo de la India o manzana de oro, es un fruto de origen asiático que tiene muchas bondades curativas, medicinales y culinarias. Su mejor temporada de cosecha va de mayo a septiembre; lo puedes encontrar en la Central de Abasto y en el mercado de San Juan.
¡Ya casi es temporada!
Su cáscara gruesa esconde deliciosos y jugosos gajos llenos de sabor similares a la mezcla entre lichee y flor de azahar. La textura del mangostán recuerda un poco a la guanábana, sin embargo, es menos fibrosa. Este fruto se consume fresco en jugos, mermeladas y postres.
Foto: shutterstock
Su costo en el mercado es elevado debido a que solo se cosecha dos veces al año, en el país la región del Soconusco ha adaptado cultivos para exportación y consumo nacional. Según datos de SAGARPA existen más de 400 productores de este tipo de fruta. Su venta en los mercados locales puede llegar a alcanzar los 800 o 900 pesos, dependiendo la demanda de los consumidores.
Te podría interesar: #QuizGourmet ¿Sabes de dónde vienen estas frutas?
Al ser un superalimento, su venta en forma de pastillas, liofilizados y polvos energéticos es muy común. Se recomienda para mantener el peso ya que inhibe la absorción de grasas, además de ser un complemento alimenticio que aporta gran cantidad de antioxidantes.
Usos medicinales
Se considera un antibacterial, antiviral y antioxidante natural, que ayuda a eliminar los radicales libres causantes del envejecimiento celular y las células cancerígenas. La cáscara liofilizada es rica en ácido hidroxicítrico el cual inhibe la absorción de grasas y mantiene los niveles de glucosa en la sangre. Es rico en vitamina B12, minerales y potasio; ayudando a mejorar el sistema nervioso y el metabolismo.
Te podría interesar: Pitahaya. Origen y beneficios de esta fruta exótica
Cómo guardarlo
Esta fruta es muy delicada, tanto que se corta cuando ya está madura porque deja de desarrollarse organolépticamente. Sin embargo, se puede descomponer muy fácilmente: se recomienda guardarla en la parte alta del refrigerador en un molde con una manta de cielo o papel estraza.
Se puede conservar hasta tres semanas en un lugar fresco. Se recomienda comerlo antes de que la cáscara se haga demasiado dura. También se pueden hacer infusiones con la piel y con el resto de la fruta, preparar helados, conservas y licuados.
BOLETOS