Las alternativas para erradicar el hambre en el mundo cada vez toman mayor fuerza. A ello contribuyen la implementación de nuevos sistemas agrarios, productividad agrícola sostenible y cultivos de recursos con altos valores nutricionales. Un ejemplo de esto es la introducción y consumo de la moringa en comunidades indígenas, rurales y semiurbanas, principalmente entre la población infantil.
La moringa –Moringa oleífera, por su nombre científico– es un árbol que llega a medir 12 metros de altura y que crece en lugares áridos como la India, Etiopía, África, Asia tropical y algunas partes de México. De este árbol se extraen hojas, nueces, semillas, cortezas, raíces y vainas para consumo humano. Actualmente es considerado como un súper alimento, o un superfood.
En México, la moringa se introdujo gracias al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), con fines de investigación y desarrollo en los estados de Sonora, Yucatán, Jalisco y Chiapas. Actualmente se encuentran unas 14 especies del árbol en el país.
El uso en la cocina es variado. La moringa se puede utilizar lo mismo en ensaladas, que guisos, sopas, infusiones y batidos, o hasta en panadería y repostería. Ahora es común que se le use en postres, panes, galletas y barras energéticas.
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También se pueden producir con ella aceites de las semillas maduras, y la raíz se pueden utilizar para condimentar ensaladas y vinagretas, dándoles con un sabor a mate verde.
Contra la desnutrición
En el 2015, todos los países que conforman la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobaron y firmaron 17 objetivos que forman parte de la Agenda 2030. Dichos objetivos se deberán cumplir en un plazo de 15 años y están centrados en el desarrollo sostenible.
Hambre Cero es el segundo objetivo de la Agenda 2030, que busca alimentar a más de 820 millones de personas que padecen hambre actualmente. Según estimaciones de la ONU, en 2050 serán 2000 millones de personas quienes vivan en dicha condición.
Tomando en cuenta ese panorama, el objetivo buscará cumplirse a través del aumento de la productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible.
Igualmente, se buscará incluir alimentos y recursos que beneficien las condiciones de hambre en el mundo a partir del mayor cultivo de árboles, hortalizas, raíces, tubérculos y frutos con alto valor nutricional, bajos costos de producción y buena prácticas con el entorno.
Beneficios del consumo de la moringa
La moringa, más que nunca, se está volviendo foco de estudio. Cada vez se sabe mejor sobre su valor nutricional, rápido crecimiento y resistencia a las plagas. Incluso se descubrió que ayuda a tratar enfermedades como la anemia y diabetes.
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Se ha demostrado que las hojas son uno de los organismos vegetales con más valor nutricional, conteniendo proteínas, vitaminas y minerales, además de contener una importante cantidad de aminoácidos esenciales. La moringa está altamente recomendada para mujeres embarazadas, lactantes y niños.
Las vainas incrementan las defensas del cuerpo y la estructura celular; controlan los niveles de colesterol, previenen y revierten el desarrollo de células cancerosas. Adicionalmente, tratan molestias estomacales y tienen propiedades antibacterianas, antimicóticas y antimicrobianas.
Las semillas previenen la acción de radicales libres y evitan infecciones. Además de prevenir la oxidación de las células y órganos del cuerpo. Igualmente es recomendada la ingesta a deportistas de alto rendimiento, excursionistas y alpinistas, por aportar un alto valor energético.
Últimamente se ha sabido que la moringa tiene eficacia en el cuidado de enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer.
Luis Ángel Cruz Simón es licenciado en gastronomía y apasionado en temas de patrimonio cultural gastronómico de México.