Hablemos también de temas felices. Los hongos mexicanos, a pesar de tener un pronóstico reservado por las múltiples razones que los ponen en peligro de extinción, también tienen una oportunidad de supervivencia.
Actualmente hay varios proyectos que buscan contribuir a su preservación. Laura Linares, por ejemplo, comenzó a hacer el primer diccionario de hongos mexicanos. Ella estudió Letras en Venezuela y vino a México a a hacer una Maestría en Lingüística Aplicada.
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Así comenzó DIGAHONMEX, el primer esfuerzo de sistematización de variedades comestibles de hongos de la CDMX y el Estado de México.
“Cuando llegué a México me di cuenta de que la variedad de hongos aquí es impresionante. En otros países esto ni siquiera es tan conocido. Luego busqué algún diccionario del tema, o algo, y no encontré. Ahí supe que había una gran oportunidad para trabajar en ello. En México hay diversidad en todo, pero en temas como éste hace falta mucha sistematización”, asegura la especialista.
En su afán de acercar a más personas al mundo fungi, propuso el proyecto a su asesora de tesis, la Dra. Marisela Colín Rodeay, y en el trance todo fue creciendo y haciéndose realidad. Finalmente se unieron también la estudiante del Doctorado en Ciencia Biológicas, Amaranta Ramírez, con quien se logró la colaboración con el Laboratorio de Hongos Ectomicorrizados C-103, del Instituto de Biología de la UNAM; Juan Escalona y Cristina Rubio, cocineros del proyecto Sexto Colectivo, y la ilustradora Julia Arvelaíz.
Hongos en el camino
El DIGAHONMEX tiene un año de haberse empezado a hacer. Durante ese tiempo, el equipo que lo elabora ha realizado viajes al área metropolitana de la capital país para realizar toda la investigación de campo.
Hasta el momento han registrado unos 60 hongos distintos y calculan que su labor terminará dentro de un año. Linares está segura de que, para conocer y cuidar algo, es primordial saberlo nombrar correctamente.
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Adicional a la investigación de campo, la elaboración del diccionario ha precisado de entrevistas a chefs y recolectores, así como paseos en distintos bosques para conseguir hongos.
“Para todos nosotros es muy importante dar a conocer información exacta de estos especímenes, pero asentada de tal forma que le resulte muy atractiva a la gente; claro, siempre respetando las tradiciones de los pueblos originarios. Muchos temen cocinar o acercarse siquiera a los hongos silvestres por desconocimiento”, afirma Linares.
El diccionario será didáctico. Contendrá información biológica, cultural (el aspecto etnomicológico de cada uno de los hongos), gastronómica (métodos de cocción y preparación), recetas y una ilustración por ejemplar.
El resultado de ninguna manera será una guía para recolección; más bien, un puente muy bien cimentado para conocer a profundidad el mundo fungi del centro de México.
Entonces, sí: los hongos silvestres tienen una gran oportunidad de salvación, si los conocemos y cuidamos como se debe.